La Exposición de arte francés de 1928 —organizada en Colombia por M. Jacques Franco y el pintor colombiano Roberto Pizano (1896?1930)— es descrita por Baldomero Sanín Cano (1861–1957) tanto en la publicación El Gráfico Ilustrado como en la conferencia “El arte francés en Bogotá”, posteriormente publicada en su libro Crítica y arte (1932). En él, se hace énfasis en la influencia del pensamiento y la historia francesa en el pueblo colombiano. En el artículo de El Gráfico, la apuesta del autor es la de formar un público con una mentalidad moderna hacia el arte poniendo en evidencia ciertos criterios de análisis formal e intenciones filosóficas de los artistas. Sanín Cano glorifica al arte francés como gestor de transformaciones medulares del arte moderno del siglo XIX, mostrando la inclusión definitiva del impresionismo, como arte aceptado y no de dudosa consagración, en el arte local (véase “El impresionismo en Bogotá I”, [doc. no. 1080092]).
Baldomero Sanín Cano —escritor, periodista, crítico de arte y literatura— es un personaje de gran importancia para comprender el movimiento intelectual de las primeras décadas del siglo XX en Colombia. Su pensamiento es ejemplo de un modernismo sin par en el campo cultural de los años veinte, puesto que articuló influencias de la filosofía alemana, inglesa y francesa con la idea de alimentar y renovar el pensamiento colombiano. Pretendía vincular ideas externas en aras de construir un pensamiento moderno. En el campo del arte, Sanín Cano fue una de las figuras fundamentales que fomentó la polémica de 1904 sobre el impresionismo y la obra del pintor nacido en Colombia y educado en Europa Andrés de Santamaría (1860–1945). Su objetivo era ir combatiendo las posiciones locales, las cuales, a partir de definiciones parciales, le negaban la entrada al país de un movimiento abiertamente antiacademicista.