En su ensayo crítico, la curadora venezolana María Elena Ramos (n. 1947) estudia la obra del escultor venezolano de origen holandés Cornelis Zitman (1926?2016). A pesar de ser un análisis muy completo en torno a su concepción figurativa de la escultura, la importancia del texto radica en la muestra que acompaña, la 19ª Bienal Internacional de São Paulo, en 1987. Zitman se había consolidado como uno de los exponentes figurativos del género escultórico en Venezuela; su obra es ampliamente reconocida y apreciada, quedando atrás el rechazo del que era objeto por escapar a las tendencias abstracto-geométricas dominantes en el país. Un rechazo reconocido incluso por diversos críticos como Marta Traba en el ensayo “Cornelis Zitman”, en Zitman (Caracas: MACC, 1976) [véase doc. no. 1167924]. El representar a Venezuela en una muestra como la Bienal de São Paulo es fiel reflejo de todo ello. Para clasificar el trabajo creativo de Zitman, Ramos establece una nueva definición: la “escultura corpórea”. A partir de este concepto, Ramos desarrolla una serie de planteamientos que definen su concepción figurativa, tales como la reafirmación del cuerpo humano (principalmente el femenino) y la transformación de los objetos vecinos en extensiones del mismo. En gran parte del texto, Ramos subraya la dualidad entre dibujante y escultor, determinante, a su juicio, para el resultado final de las obras. A lo largo del ensayo, la autora cita palabras del artista, producto de conversaciones mantenidas con el escultor (1980–87).