El pintor y crítico Carlos Contramaestre examina en este texto el origen y el entorno en que se forma la pintora popular venezolana Josefa Sulbarán. El crítico explica cómo compone sus paisajes de aldeas de la región de Trujillo, combinando la memoria visual con detalles anotados en su cuaderno de notas (ventanas, puertas, casas) y la disposición de los elementos urbanos y naturales en el espacio. Junto a este afán memorioso y descriptivo, Contramaestre destaca la sensibilidad pictórica por ajustar la realidad a una imagen idílica, intemporal, cuya inspiración, la más lejana, bien pudiera localizarse en los primitivos planos y trazas de ciudades levantados por los conquistadores hispanos.

De modo paralelo a su carrera artística vinculada al grupo de vanguardia El Techo de la Ballena (Caracas, 1961–65), el pintor y crítico de arte venezolano Carlos Contramaestre (1933–96) se ocupó por descubrir y promover artistas populares; entre ellos, Emerio Darío Lunar, Antonio José Fernández “el Hombre del Anillo”, Salvador Valero, Gonzalo Eraso y Josefina Sulbarán (1923?2011), a quien, en este caso, presenta en una exposición retrospectiva de 1987 en la capital venezolana. El texto del crítico ahonda en el entorno familiar y doméstico de la pintora; de manera sencilla, casi didáctica pero con delicado humanismo, la valora como alguien que fija en el lienzo no sólo su propia aldea trujillana (Los Cerritos), sino las aledañas. Lo hace con una minuciosidad de topógrafo, pero sin sentirse obligada a incorporar toda la realidad puesto que acomoda sus datos visuales a una composición armoniosa, idílica, como si estuviera detenida en el tiempo. Incluso cuando incluye alguna anécdota (pelea de gallos, fiesta religiosa, escena de caza) el atractivo de sus pinturas, según el autor, lo atesora el entorno natural y construido. Sin embargo, al escoger una obra para su análisis resulta favorecida: Retrato de Familia, la que considera su obra maestra. Más allá de referencias a localidades andinas o personajes populares, el mérito del texto radicaría en el enfoque humano a una artista como Sulbarán, cuya obra se constituye en un “producto más del afecto y comunicación espiritual con su mundo, que un intento de captar la realidad física circundante”.

El texto sirve de complemento al de otro crítico, Perán Erminy [(Sin título), Retrospectiva de  Josefa Sulbarán. Homenaje a sus 20 años en la pintura]. El catálogo reúne otros textos, de carácter más biográfico, firmados por María Teresa López, Antonio Luis Cárdenas y Enrique D’Jesús; incluye reproducción de algunos de los dibujos de la pintora, usados como guía para sus cuadros. El ensayo de Contramaestre ha sido recogido en su libro póstumo, Poética del escalpelo (Caracas: Conac, 2000), pp. 211?216.

Para otro texto crítico sobre la obra de Josefa Sulbarán, consulte de Perán Erminy “(Sin título) [Catálogo: Retrospectiva de Josefa Sulbarán. Homenaje a sus 20 años en la pintura]” [doc. no. 1158137].