Para el crítico venezolano Víctor Guédez, el tejido entre tema, emoción y simbología conjuga los ejes principales de “Las flores de Teresa Gabaldón”, presentación del catálogo de su exposición Calix, (Caracas, mayo de 1991). Para Guédez, las flores de Teresa Gabaldón (n. 1950) son la referencia que extrae de la realidad para plasmar en el cuadro su carga emocional, valiéndose del color y del tratamiento de la pincelada. El autor asegura que esta resolución plástica hace que, en las pinturas de esta artista, se logre trascender la obviedad y el aparente agotamiento del tema floral, un signo de su capacidad de riesgo. Para ello, argumenta él citando a Gregory Battcock, que el arte es novedad y que —misteriosamente— en las cosas comunes es donde se halla lo novedoso. Destaca que Gabaldón proviene del dibujo; por lo tanto, en sus cuadros aún se percibe un carácter caligráfico, mezclado con elementos plásticos característicos de la pintura. Con ello logra fusionar intuición, sensibilidad y temperamento en un mismo discurso, para otorgarle a cada cuadro su subjetividad expresiva, distanciándose del realismo ingenuo y del informalismo etéreo. Guédez enfatiza que las posibilidades simbólicas del tema utilizado son muy diversas y que las mismas presentan oposiciones extremas; por ejemplo, lo fresco y lo marchito, lo que adjudica a la obra un problema de armonía entre dicotomías.
Este documento es una importante interpretación de la obra de Gabaldón, fundamentalmente por ser uno de los pocos textos que existen sobre esta artista.
[Para otros textos críticos sobre la obra de Teresa Gabaldón, consúltese el archivo digital ICAA: “De lo efímero a lo eterno: Teresa Gabaldón expresa su fuerza interior” de Yasmín Monsalve (doc. no. 1160423); y “Recuperar la pintura en flores” de Roberto Guevara (doc. no. 1157872)].