La periodista Miyó Vestrini entrevista a Narciso Debourg en el marco de su primera exposición individual en Venezuela. La conversación aborda los recursos expresivos utilizados por el pintor y escultor venezolano (radicado en París); esto es, el carácter serial en el uso de los elementos, así como los inicios de esta propuesta geométrica al llegar a la Francia de los años cincuenta. Debourg considera superada la pugna entre el cinetismo y el resto de las tendencias, e incluso defiende del primero su capacidad de integración a la sociedad. Por otra parte, emite juicios críticos sobre la organización de las bienales en el mundo, la tendencia hacia la Nueva Figuración, y la concepción del arte como espectáculo confrontándola a la función del activismo social.

En 1969, el pintor y escultor venezolano Narciso Debourg (n. 1925) regresó a Venezuela para una exposición en la Galería Estudio Actual de Caracas. Residenciado desde 1948 en París, Debourg retornaba con motivo de la muestra, dejando en claro que su voluntad era mantener su residencia en la capital francesa, punto de encuentro con las corrientes europeas y territorio en el que, sin duda, había desarrollado su propia red de contactos artísticos. Debourg formó parte de la generación de artistas becarios que, formados en París a finales de los cuarenta y principios de los cincuenta, habían salido de Venezuela para tomar la lección de las corrientes constructivistas. En 1950 formaron el grupo Los Disidentes y, a su regreso, ya habían renovado la escena plástica del país por medio de la introducción de la abstracción geométrica. Sin embargo, Debourg no regresó y su trayectoria da cuenta de un itinerario muy particular en el que los contactos con Venezuela resultaron escasos. Se dieron, pero a través de muestras esporádicas, participación en colectivas de arte nacional, así como su intervención en algunos espacios públicos.

La postura de Debourg, tal como se deduce de sus declaraciones a la poetisa y periodista franco-venezolana Miyó Vestrini (1938–91)  denota cierto “purismo” respecto a las cualidades del arte cinético, o bien a la necesidad de que las bienales y los salones estén dedicados a una sola corriente plástica. Del mismo modo, aun cuando señala superada la pugna entre el arte figurativo y el abstracto, Debourg considera al movimiento de la Nueva Figuración carente de sentido en la escena artística de ese momento.

La entrevista traza para el lector el peculiar perfil de un artista cuyas tensiones, entre lo universal y lo local —derivadas de su propio itinerario y de su propia relación con los medios de comunicación— lo sitúan también en una determinada posición con respecto al público y su propia búsqueda plástica.

Para otra reseña periodística, la de Moraima Guanipa sobre la muestra Diagonales, organizada en la Galería Altamira de Caracas (1994) con obras de Debourg, consulte en el archivo digital ICAA “Las visiones aparentes de Narciso Debourg” (doc. no. 1157673).