Este ensayo del artista español Angel Luque (n. 1927), residenciado en Venezuela durante aproximadamente una década (1955-67), forma parte del catálogo de la exposición Luque. Dibujos, presentada en el Museo de Bellas Artes de Caracas en 1965. Texto escrito con una gran franqueza y, aunque Luque ya haya sosegado el tono “violento” de sus primeras declaraciones (MBA 1960), conserva todavía toda la “inconformidad” característica de su personalidad. En esas fechas, Luque no es ya un pintor desconocido, con el Premio Nacional de Dibujo y Grabado que se le otorga tres años antes. Este ensayo refleja una contradicción: su obra ya está siendo “aceptada”, cree que algunas hasta tienen “buen aspecto”, y esto entra en conflicto con lo que había predeterminado en Venezuela su personalidad y carácter. Es significativo al revelar la principal razón que lo lleva a crear: un simple deseo de justicia, derivado de su inconformidad con la sociedad humana. Uno de los conceptos fundamentales manejados por Luque a lo largo de su obra es el de “riesgo”; y es en este ensayo donde, por una supuesta malinterpretación crítica, se enfoca en explicarlo. Considera que el “riesgo” no se limita sólo al emprendimiento de pintar, de crear o experimentar; a su juicio, se aplica a todos los aspectos de la vida: ser libre implica “riesgo”; lo deja incluso inconforme con sus obras que no reflejan el “riesgo” de vivir. Una vez más, Luque manifiesta su poco interés sobre lo que la crítica opine de su obra, declarando que todo pintor debe reflejar en su obra no sólo los nuevos avances en materia de estética, sino sus propias inquietudes con respecto al mundo y la sociedad humana.
Hay un texto del propio Luque que complementa esta perspectiva, una crítica tanto al exagerado racionalismo imperante en el siglo XX como al propio sistema capitalista en “De una encuesta sobre ciencia y arte”, archivo digital ICAA (doc. no. 1168024). Luque penetra en su compromiso pictórico con la sociedad en el ensayo de su catálogo Pinturas. Luque (doc. no. 1156720).