El artista venezolano Luis Chacón (1927?2009), tras dieciocho años de ejercicio de la gráfica, revela en este artículo un giro particular en su visión del grabado. La muestra Los planetas, en el Ateneo de Caracas (1967), se presenta como un nuevo punto de partida en su obra y en su propia concepción de la gráfica. Esta exposición se realizó ese mismo año en la Unión Panamericana (Washington, DC). En el artículo, Chacón señala que: “(…) al grabado hay que darle un vuelco para que deje de ser la obra de repetición”, concepto polémico y contrario a la idea original de la gráfica como democratización pluralizada del arte. El año anterior (1966), Chacón se había integrado al Nuevo Grupo Internacional de Grabado (con sede en Bruselas), y con ellos realiza exposiciones e intercambia información, opiniones y puntos de vista sobre ese medio ancestral y sus técnicas. Si el artista no planteaba, entonces, la cuestión del grabado único, tampoco se mostraba satisfecho con la visión tradicional, ya que en entrevista de ese año (José Antonio Rial, “El grabado. Chacón revive y renueva un noble arte”, en El Universal, Caracas, 11 de diciembre de 1966; p. 5) [véase doc. no. 1151366], Chacón señala su aprecio por las técnicas centenarias del grabado, aunque considere que este debe evolucionar.
Con la serie Los planetas, grabada al buril en planchas pequeñas que luego eran ensambladas en planchas matrices, Chacón se vale del círculo, de la luz y del movimiento como elementos centrales de la composición.