Esta carta se inscribe en la gran polémica generada en torno al primer premio de pintura otorgado en los Festivales de Ancón de 1969. Como este texto pone de manifiesto, Emilio Hernández Saavedra fue un agudo representante de las tendencias de ruptura en la plástica peruana de la década de los sesenta. Son de importancia sus aportes a experiencias como las de Arte Nuevo, uno de los grupos que definen cierta imagen vanguardista de aquella época. Zevallos, el artista premiado, fue miembro de ese colectivo; sin embargo, los fragores de la polémica y otros factores lo llevaron poco después del escándalo a abandonar las modalidades renovadoras. Por su parte, Hernández abandona la pintura varios años para luego retornar a ella con un lenguaje marcadamente realista.
Hubo gran polémica generada en torno al primer premio (pintura) otorgado en los Festivales de Ancón de 1969, una de las instancias que marca la culminación y el quiebre del vanguardismo cosmopolita en la escena artística de la década de los sesenta en el Perú. En las afueras de Lima, Ancón era entonces el balneario de moda. Durante sus eventos de verano había música y teatro, además de conferencias y un concurso de pintura que generó (ese año) gran atención. Tras haberse anunciado el resultado, la revista Caretas publicó una carta donde se advertía que la obra ganadora —Motociclista No. 3, de Luis Zevallos Hetzel— implicaba un plagio por ser “copia fiel” de un aviso publicado en los Estados Unidos promoviendo una marca de motocicletas. En el mismo concurso obtuvo mención honrosa un cuadro (de lúdico erotismo pop) realizado por Ugo Camandona, pintor y ceramista italiano radicado en el país quien también fue acusado de otros supuestos plagios. Ambas denuncias atizaron el debate sobre el valor de “lo original” en el arte moderno, así como sobre procedimientos y acciones del arte pop en la sociedad de consumo. El anacronismo aparente de esa controversia hizo palpable la escasa penetración de ideologías vanguardistas en un medio cultural aún reticente a transformaciones radicales que el arte experimentaba ya a nivel internacional. Todo ello ocurría bajo un contexto local crecientemente dominado por incentivos socializantes y nacionalistas del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas (1968–75) bajo el general Juan Velasco Alvarado.
[Para más información, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos: de Alberto Valdivia Portugal “¡Pop!” (doc. no. 1142123); de Augusto Ortiz de Zevallos “El caso de Luis Zevallos” (doc. no. 1142139), “Arte Actual: El pop y un artículo” (doc. no. 1142347) y “En Ancón: significativa muestra insignificante” (doc. no. 1142364); (sin autor) “Opiniones divididas motivó el debate sobre pintor Zevallos” (doc. no. 1142269); y de Luis Rey de Castro “Pintor Pop Plagia por Premio” (doc. no. 1142397)].