El texto escrito por el historiador, curador y crítico de arte Eduardo Serrano (n. 1939), cobra importancia al poner en evidencia de qué manera la totalidad del recorrido artístico de Santiago Cárdenas (n. 1937) se ve plasmado en la obra Tres Pizarrones. Este documento recalca la necesidad de Cárdenas de integrar a la obra objetos comunes, sin ningún simbolismo, con el fin de vincular al espectador con su indagación de lo real (entendiéndose como aquello que es perceptible mediante la visión). Esta obra, a juicio de Serrano, aspira a representar “la sensación precisa de pizarra” al recrear fielmente trazos de tiza ya borrados, llegando a transgredir esa realidad a la cual intenta asemejarse.
Serrano torna explícito el hecho de que Cárdenas no se apoya en la imagen fotográfica para realizar sus obras; por lo tanto transgrede la denominación de hiperrealista. Esta idea, compartida con Marta Traba [consúltese Mirar en Caracas, 30 de marzo de 1974), será posteriormente puesta en evidencia por varios críticos como Miguel Huertas (n. 1959), Camilo Lleras (n. 1949) y Jaime Ardila (n. 1942) [véase doc. no. 1135806]. Cárdenas crea un vínculo entre las obras y el espacio que las contiene, e interpela la capacidad de observación del espectador.
Eduardo Serrano estudió antropología e historia del arte en New York University (NYU). Fue director de la Galería Belarca en Bogotá hasta 1976. Asimismo, fue el curador general del Museo de Arte Moderno de Bogotá (de 1974 a 1994). En la actualidad (2010) es curador e investigador independiente.