En el desarrollo de “Estrategias para la difusión de un seminario paralelo”, evento que acompañó la exposición Do it / Hágalo usted: versión colombiana, Banco de la República, Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá (1997) —curada por el crítico suizo Hans Ulrich Obrist— la artista colombiana Gloria Posada (nac. 1967) presentó la ponencia “Arte participativo y espacio público en Medellín”. Tratábase deun inventario preciso de intervenciones en el ámbito urbano, todas ellas desarrolladas durante el último tercio del siglo XX.
La introducción —en orden cronológico de tales autores— pretendía, antes que nada, hacer visibles aquellas prácticas que se venían desarrollando en Medellín y que parecían no tener paragón en otras ciudades colombianas. Finalmente, destacar cómo tales intervenciones emergen de una estrecha interacción con el “lugar”; en este caso, la ciudad.
La presentación se inicia con “el artista que más ha intervenido el espacio público de Medellín”: (i) Adolfo Bernal (1954?2008), diseñador gráfico cuyas propuestas “circulan” con relativa facilidad por la ciudad, pues se valen de una amplia gama de recursos tomados de la “calle”: carteles tipográficos, sonidos, intervenciones colectivas efímeras a gran escala, así como todo tipo de señales (hogueras o espejos) que se emiten desde los Cerros Tutelares de Medellín, y que apuestan por “re-significar” colectivamente ciertos imaginarios; (ii) el Grupo Taller de sueños, coordinado por Álvaro Posada, instaló Personalidades (1995) en la Plaza de mercado de Guayaquil —un espacio por entonces en deterioro—, y constaba de fotografías de Benjamín de la Calle (1869−1934) y Melitón Rodríguez (1875−1942) tomadas casi un siglo antes en el mismo “lugar”; (iii) Víctor Manrique, con su obra Alumbramiento (1994), colmó de velas el puente Guayaquil, escenario de fusilamientos hasta principios del siglo XX. Y finalmente, (iv), Posada presenta, entre otras piezas, tanto Los caminos que hemos caminado (1992) —un “re-dibujo” de los senderos que cotidianamente se ingenian los peatones— como Carta al cielo (1996), una convocatoria internacional que consistía en enviar una fotografía del cielo.
Cabe subrayar, que este documento es uno de los pocos que hace un inventario pormenorizado de la obra de Adolfo Bernal. Para mayor información sobre Bernal, véase “Adolfo Bernal 1954?2008: Señales efímeras” [doc. no.1131647].