Carlos Raúl Villanueva, arquitecto venezolano, declara en este ensayo que el objetivo de la arquitectura latinoamericana debería ser el de “identificar los elementos funcionales de la arquitectura colonial y su posible aplicación a la arquitectura contemporánea”. Inspirado por el anhelado ideal de la funcionalidad de la arquitectura moderna, Villanueva considera que algunos de los elementos esenciales de la arquitectura de Venezuela son, de hecho, funcionales. Como ejemplos, ofrece los pasajes cubiertos, los patios, los balcones, los aleros y las persianas de siglos pasados como elementos arquitectónicos diseñados específicamente teniendo en cuenta el clima y la luz de los trópicos. Por otra parte, plantea además el estudio racional de los materiales locales con el fin de conservar la singularidad de la arquitectura de la región. La preferencia de Villanueva por esos elementos, que pueden ser adaptados fácilmente de la arquitectura colonial a las construcciones modernas, también es evidente en su interpretación de las conclusiones del VIII Congreso Internacional de Arquitectura Moderna celebrado en Hoddesdon, Inglaterra (1951). El congreso propuso el diseño de espacios cívicos al aire libre en el seno de las ciudades modernas en rápido crecimiento. Según el arquitecto venezolano, eso es poco más que un regreso a las grandes plazas coloniales presentes en los pueblos y ciudades de Latinoamérica.