Tras la salida de Francisco “Ciccillo” Matarazzo Sobrinho, el creador financiero de la Bienal de São Paulo, esta sería la primera versión que escapa a su patrocinio e influencia. Quien asume la presidencia de la misma es el industrial y diplomático Oscar P. Landmann, de tal forma que el Conselho de Arte e Cultura (CAC), creado en 1971, alcanza por vez primera poderes deliberativos. El CAC lo integran Maria Bonomi, Alberto Beuttenmüller, Lisetta Levi, Marc Berkowitz, Clarival do Prado Valladares, Leopoldo Raimo y Yolanda Mohalyi. Es la primera ocasión en que un país latinoamericano (Argentina) es merecedor del Grande Prêmio da Bienal de São Paulo, y sería otorgado al Grupo de los Trece (encabezado por Jorge Glusberg y antes conocido como Grupo del Centro de Arte y Comunicación, CAyC). La índole inédita de la mencionada premiación vino a reforzar la crítica constatable del obsesivo “eurocentrismo” del evento paulistano. La búsqueda en torno a la valoración de un arte y de una identidad continental latinoamericanas culminó brevemente (1978) con la primera y última Bienal Latino-Americana.
Hubo una propuesta de cambio radical al evento bienal escrita por Pietro Maria Bardi en “Como é e como deveria ser a Bienal” [doc. no. 1111147]. La propuesta de Bardi cayó en el olvido muchos años, hasta que la XVI Bienal de São Paulo inaugura un nuevo formato organizativo para el evento internacional y se focaliza en la figura del curador. Es el año de 1981, y el profesor y crítico de arte Walter Zanini se hace cargo de ella [doc. no. 1111044].