El curador de la VI Bienal Internacional de São Paulo (1961) se pasó casi un año por todo el mundo con objeto de seleccionar participaciones para el evento. Su viaje a la Unión Soviética era un hecho inédito entonces (arriesgado inclusive), de tomarse en consideración el clima de tensiones generado por la Guerra Fría. Países como la propia URSS, Hungría, Rumanía, Bulgaria y Cuba (tras la Revolución) comparecían por vez primera al evento.
Quirino Campofiorito (1902–93), pintor, crítico e historiador del arte, amén de profesor, presidió el llamado Núcleo Bernardelli, siendo uno de los fundadores de la AAB (Associação de Artistas Brasileiros), entre otras innumerables participaciones en el ámbito artístico del Brasil. Por otra parte, escribía una columna diaria para los Diários Associados (Diário da Noite, O Jornal, O Cruzeiro), y fue jurado de la I Bienal do Museu de Arte Moderna de São Paulo en 1951.
El intelectual y político Mário Pedrosa (1900–81) es, sin lugar a dudas, el teórico y crítico vertebral del arte brasileño en el siglo XX. Fue inicialmente redactor de política internacional para el Diário da Noite, afiliándose desde los años veinte al PCB (Partido Comunista Brasileño). Estuvo preso en 1932 por su militancia política (entonces trotskista). Durante el Estado Novo getulista vive el exilio en Francia y Nueva York, y sólo regresa al Brasil en la posguerra, colaborando en el Correio da Manhã. Su antiestalinismo lo lleva a fundar el semanario Vanguarda Socialista. Presenta la tesis de docencia en estética “Da natureza afetiva da forma na obra de arte” (1949) en la Faculdade de Arquitetura (Río), donde coloca todo su bagaje filosófico y de sicología de la Gestalt, siendo en esa época uno de los fundadores de la AICA (Asociación Internacional de Críticos de Arte) (1948) y organizador del Congreso Internacional de Críticos de Arte (Brasilia, 1959). Escribe la columna de crítica de arte en Tribuna da Imprensa (1950?54) y, en esa década, es miembro organizador de la II y III bienales de São Paulo (1953 y 1955), pasando a dirigir el MAM-SP (1961–63). Es Secretario del Consejo Nacional de Cultura en el breve gobierno de Jânio Quadros. Durante la dictadura militar se refugia en Chile y pasa a dirigir en Santiago el Museo de la Solidaridad; tras el golpe de Pinochet (1973) parte a La Habana como Secretario del Museo de la Resistencia Salvador Allende. Sólo regresa al Brasil en 1977 (durante los inicios de la Amnistía) y es el primero en firmar el manifiesto de creación del PT (Partido dos Trabalhadores, 1980). Su vastísima biblioteca (8 mil volúmenes) está parcialmente accesible en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro.
Es de interés complementar este debate que levanta Campofiorito con la propia “Introdução” de Pedrosa a la VI Bienal de São Paulo [véase doc. no. 1111040], así como el texto para ARTnews que envía el crítico Harold Rosenberg, después de haber cubierto esa edición de la bienal paulistana, bajo el título de “Arte em órbita” [doc. no. 1111186].