Lucia Santaella toma como pretexto una obra del artista de São Paulo José Wagner Garcia para producir uno de los primeros textos críticos (1982) sobre la entonces nueva tecnología de la reproducción de imágenes: la holografía. Santaella explica el fenómeno físico generador de los efectos holográficos ponderando su potencial como herramienta de uso artístico; y explica que el soporte (para el registro holográfico) es un fondo o chapa vítrea para fotografía cuya sensibilidad óptica (sometida a ser grabada vía laser) es capaz de almacenar información y reproducir —bajo una luz adecuada— una imagen tridimensional en todos sus contornos reales y en todas sus perspectivas infinitas. De ese modo, pasa a ser como el objeto original. Sin embargo, somos alertados en el texto ante todo tipo de “tecnicismo ingenuo” que le otorga una calidad de obra artística a cualquier innovación tecnológica. Santaella llama la atención hacia el otro aspecto del asunto en cuestión: la mística que rodea toda creación restricta al mundo artesanal. En el texto, destaca la producción artística de José Wagner Garcia por el hecho de no estar interesado en aquello que la holografía bien puede absorber del mundo exterior para sí misma. Lo que lo atrae, en cambio, es la indagación artística que propone la clara oposición entre el poder representativo del medio holográfico y la posible negación de dicho poder, cuestionamiento que su obra encaja en el propio medio que usa, valiéndose de puntos, líneas, planos y luces sueltas en la oscuridad vacía del espacio.

Las propuestas de estudio que va hilvanado [Maria] Lucia Santaella son retomadas luego, aunque de manera más desarrollada, en trabajos posteriores de la autora; tal es el caso de su libro Imagem. Cognição, Semiótica, Mídia (São Paulo: Iluminuras, 1998) escrito conjuntamente con el investigador alemán Winfried Nöth; así como en la antología que organiza Etienne Samain bajo el título O Fotográfico. Véase al respecto “A imagem pré-fotográfica, fotográfica, pós-fotográfica” [doc. no. 1110929]. Es ella, sin duda, una de las más destacadas investigadoras en el campo de la semiótica en Brasil, de forma tal que sus teorías han tenido gran penetración entre aquellos volcados hacia la investigación tanto de la imagen como de las teorías de la representación.

Siendo una de las principales teóricas del arte tecnológico y autora de casi una decena de libros sobre ese campo de estudio, Santaella, profesora de la Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP), se vale aquí de los conceptos de semiótica establecidos por Charles Sanders Peirce (1839−1914) —en The Collected Papers (vols. 1−8)— para analizar los procesos de creación y percepción de los hechos artísticos que generan nuevos medios tecnológicos. 

José Wagner Garcia, arquitecto y artista multimediático de São Paulo, ha venido desarrollando proyectos centrados en el vínculo entre arte y ciencia. Es uno de los pioneros en América Latina en el empleo de alta tecnología para fines artísticos, a resultas de una beca del MIT (Massachusetts Institute of Technology) entre 1988 y 1991. Propuso, entre otros asuntos, el proyecto Sky Art (MAC-USP, 1986), consistente en la implantación de áreas baldías con enormes figuras geométricas que fueran visibles desde el espacio exterior, al ser fotografiadas desde satélites orbitales en la estratósfera.

Dos décadas antes (1969−73), el pintor concretista Waldemar Cordeiro inició sus investigaciones sobre el uso artístico de computador y del plotter. Véase “‘Computer plotter art’ ? Primeira mostra na América Latina”, realizada en la Galería USIS del Consulado General de los Estados Unidos en São Paulo [doc. no. 1110487], y su propuesta de arte tecnológico o electrónico que condensa simplemente como “Arteônica” [doc. no. 1110836].