La descripción de las obras de la Exposição Manifesto fue hecha “según indican los propios expositores”, aclara el Boletim. Jesús Escobar presenta una pared atiborrada de copias Xerox como si estuviera haciendo “una crítica al grabado tradicional”; Vera Chaves Barcelos, a su vez, coloca sus serigrafías “como un apelo táctil a la imaginación”; es necesario recordar, aquí, que la técnica del silk-screen (sumada a las “apropiaciones” fotográficas) era parte del curso Teórico-práctico que imparte el artista Júlio Plaza (1938–2003) en Porto Alegre, entre junio y julio de 1971, y del cual Vera había sido alumna. De acuerdo a la historiadora Ana Maria Carvalho (en su disertación de maestría), varios artistas de la región señalan esas aulas como deflagradoras o aceleradoras de profundos cuestionamientos sobre el ser en si del arte y, sobre todo, de ruptura con las técnicas tradicionales de expresión artística. La muestra-manifiesto tuvo repercusión y fue relatada en los periódicos de Porto Alegre, así como también en la columna de Roberto Pontual (1939-92), uno de los mayores críticos de esa época y en el Jornal do Brasil (Rio de Janeiro, 17 de diciembre de 1976).
El manifiesto reunió el grupo de artistas que, al año siguiente (1977), publicó un cartel mensual denominado Nervo Óptico, el cual tuvo una duración de 13 números (de abril de 1977 a septiembre de 1978) [véase archivo digital ICAA del número 1 al 13 (del doc. no. 1110913 hasta el doc. no. 1110925)] y abrió espacios determinantes para el debate contemporáneo del arte.
Entre otras publicaciones que hablan en pormenor sobre les actividades del grupo Nervo Óptico se cuentan el artículo “Gravura e Mercado: Os súbitos excessos”, de Roberto Pontual, publicado en el Jornal do Brasil, Cuaderno B (Rio de Janeiro, diciembre de 1976, p. 2); así como también el libro Espaço N.O.: Eventos e Artistas Atuantes 1979-1982 (Rio de Janeiro: FUNARTE, 1982) y Espaço N.O. - Nervo Óptico, de Ana Maria Albani de Carvalho (Rio de Janeiro: FUNARTE, 2004).