Escrito para la muestra conjunta de obras de Tunga (1952–2016) y Cildo Meireles en Bélgica (1989), el texto del crítico de arte Paulo Venâncio Filho aborda, entre otras modalidades, la propia mirada del arte brasileño (interna) y aquella que se hace de él en el extranjero. Empieza analizando cómo el contexto nacional se apropió de modelos europeos de modernidad que, a juicio de Venâncio Filho, son parte de un sesgo del arte brasileño que puede entenderse dentro de una “situación de lateralidad”. Se pondera, aquí, que las obras tanto de Cildo como de Tunga —además de levantar ese problema específico— responden a ciertos callejones-sin-salida de índole histórica: ya sea en las encrucijadas del constructivismo o bien en La imposibilidad de que surgiera un verdadero arte Pop en Brasil. Para este autor, tales producciones artísticas implican algo así como “situaciones límite” que vendrían a colocar el sentido impartido por sus operaciones, ubicadas entre la vislumbre y la materia.

El artista conceptual y escultor Cildo Meireles, siendo hijo de un etnólogo brasileño vivió en varias partes del país, principalmente en Brasilia —donde cursa la Escola Nacional de Belas Artes, uno de cuyos profesores era el pintor Vicente do Rego Monteiro— hasta radicarse finalmente en Río de Janeiro. Se da a conocer a fines de los sesenta con instalaciones de acentuado carácter político que de algún modo reflejan la censura, los asesinatos y la opresión vivida en el país durante dos décadas terribles (1964–85); es, sin duda, uno de los artistas brasileños de mayor proyección internacional hoy. Cinco años después de sus “inserciones”, publica el texto “Eureka/Blindhotland” en el encarte del catálogo de la muestra bajo el mismo nombre organizada por el Museu de Arte Moderna do Rio de Janeiro, em 1975 [véase archivo digital ICAA (doc. no. 1110594)]; en él se explica como el artista vislumbraba operar en los propios lindes de la visualidad y el tacto. Posteriormente y tras cierto reconocimiento crítico, Meireles publica un texto polémico donde expresa sus propósitos en la producción de obras: “Cruzeiro do Sul” (1980), (doc. no. 776747).

Tunga (n. 1952) es uno de los principales artistas brasileños de perfil internacional a partir de los años noventa. Inicia su trayectoria artística a finales de los sesenta, y su primera individual solo se realiza en la década siguiente. Su obra consta en colecciones de diversos museos fuera de Brasil, donde, en Inhotim (Minas Gerais) se ha abierto un pabellón permanente sobre sus piezas.

El crítico de arte Paulo Venancio Filho (n. 1953) comienza a publicar sus ensayos y artículos desde los años setenta. En la actualidad, es uno de los más activos en el panorama de la crítica y de la curaduría del Brasil. 

Otros títulos de la visión crítica de Venâncio Filho ante la producción artística en Brasil son:

“Iole de Freitas” [arquivo digital ICAA (doc. no. 1110959)]; “Ângelo Venosa” (doc. no. 1110937); “Lugar nenhum: o meio da arte no Brasil” (doc. no. 1110689); y A parte do fogo, el periódico con el que participa con artistas y otros criticos (doc. no. 1110674).