En texto sobre la obra de Daniel Senise, el crítico Fernando Cocchiarale vuelve a hacer una lectura de la tendencia al llamado “retorno à pintura” que impregnó las prioridades retro de la década de los ochenta. El crítico subraya la singularidad de este artista, cuya pintura propicia el debate sobre “la imagen”, pero no como representación ni tampoco como “presentación”, sino, más bien, como algo que “se va insinuando por las brechas, entre ambas nociones” previamente indicadas. Se comenta, también, la trayectoria seguida por Senise a lo largo de su obra.  

Daniel Senise surge en el medio artístico brasileño hacia los ochenta. Su producción, inicialmente, fue considerada como ejemplo protagonista de la llamada “Geração 80”, aunque su obra cobra otra dimensión y un mayor reconocimiento en la década siguiente.

Antes de dedicarse a la curaduría y a la administración cultural, Fernando Cocchiarale (n. 1952) tuvo una breve actuación como artista experimental en la década de los setenta, al ser uno de los principales motivadores de la Sala Experimental del MAM-Río (Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro). Desde los años ochenta hasta la fecha se ha destacado como crítico de arte y con algunas curadurías notables. Ha sido director tanto de la Funarte (Fundação Nacional de Arte) como del propio MAM-Río.

Artistas y críticos brasileños penetraron en las varias ramificaciones pictóricas que se procesan en la década de los ochenta, como el artista Ricardo Basbaum cuando teje comentarios sobre “el regreso a la pintura de esta época” en “Pintura dos anos 80: algumas observações críticas” [doc. no. 1110972]. Entre los críticos, Frederico Morais dedicó algunos de sus ensayos, tanto a un verdadero emblema de esa Geração 80 como Leonilson, en “Leonilson: a Geração 80 ficou para trás” [doc. no. 1110961], como al caso específico de los valores pictóricos que esa época pretende destacar, en “Gosto deste cheiro de pintura” [doc. no. 1110992].