El propósito del reajuste propuesto para este evento radica en la instauración definitiva del concepto de “curador-autor”, el cual impregna las grandes muestras internacionales de arte contemporáneo en las décadas que siguen, no sólo en el ámbito de las bienales paulistanas sino en exposiciones a nivel mundial. La figura del curador ganaría, de esa manera, el estatus de “artista”, haciendo que, por consecuencia, la muestra se transforme en una “obra de arte”. En palabras de la propia curadora: “lo análogo para una muestra como esta debería ser la ópera, las películas o el gran espectáculo teatral”. Los términos con los que se rige son “espectáculo”, “teatro” y “teatralidad”, siendo que diablas y candilejas estarían dirigidas hacia las escenografías expositivas y al propio discurso curatorial. El punto de partida que propone esta bienal pasó a ser un emblema de cambio: el foco de atención deja de ser el objeto para desplazarse hacia el modo en que este es mostrado, su alrededor.
Periodista y crítica de arte, la franco-brasileña Sheila Leirner (n. 1948) formó parte del Conselho de Arte e Cultura da Bienal en 1982−83, pasando a ser la responsable de la curaduría de dos bienales de esa época: la XVIII (1985) y la XIX (1987). Fue crítica de arte para el diario O Estado de S. Paulo en 1975, después de estudiar sociología del arte en Francia. Publicó una colección de sus ensayos bajo el título de Arte e seu tempo (São Paulo: Editôra Perspectiva, 1991). Desde ese año pasó a vivir en París donde opera y se especializa en asuntos administrativos del arte. Fue representante de la Galerie nationale du Jeu de Paume para América Latina (1993−99), integrándose en esa época a la AICA (Asociación Internacional de Críticos de Arte, sección Francia). Ha sido colaboradora de innúmeras revistas y suplementos de ambos países como Beaux-Arts Magazine, Europe Magazine Littéraire, Revista da USP o Cadernos de Literatura Brasileira, entre otros, e integrante de la comisión para selección de becas de la UNESCO-Aschberg.
Como complemento de este proyecto de bienal está el paso anterior de la bienal (XVIII, 1985) a su cargo donde insiste, por vez primera, en los temas de lo universal y de la participación curatorial a niveles de protagonismo [véase doc. no. 1111107].