Bajo la práctica curatorial de Sheila Leirner, la 18a Bienal de São Paulo inaugura una fase radical del evento, donde quedan abolidas, de una vez por todas, las separaciones de las obras por técnicas empleadas (pintura, escultura, grabado y/o dibujo), así como también la separación por países. En otras palabras, los nuevos tiempos demandaban una muestra sin fronteras fijas. A juicio de Leirner, sería la Bienal de São Paulo más “universal” de todos los tiempos, anticipando ya el concepto de “lo global” que sólo llegará en la década siguiente. La polémica muestra, bajo el título de Grande Tela, procuró traer a discusión lo que sería una tendencia pictórica universal, la idea de una pintura homogénea, sin fronteras, hasta globalizarse de modo audaz: dispuso de diversas telas de pintura abstracta bastante cercanas unas de otras, con ello destacando sus similitudes. La disposición de la muestra hacía, del “espacio expositivo”, toda una “instalación en sí” que instauraba una nueva época bienal donde el “curador-autor” es el gran protagonista.
Periodista y crítica de arte, la franco-brasileña Sheila Leirner formó parte del Conselho de Arte e Cultura da Bienal en 1982?83, pasando a ser la responsable de la curaduría de dos bienales de esa época: la XVIII (1985) y la XIX (1987). Fue crítica de arte para el diario O Estado de S. Paulo en 1975, después de estudiar sociología del arte en Francia. Publicó una antología de sus ensayos bajo el título de Arte e seu tempo (São Paulo: Editôra Perspectiva, 1991). Desde ese año pasó a vivir en París donde opera y se especializa en asuntos administrativos del arte. Fue representante de la Galerie nationale du Jeu de Paume para América Latina (1993−99), integrándose en esa época a la AICA (Asociación Internacional de Críticos de Arte, sección Francia). Ha sido colaboradora de innúmeras revistas y suplementos de ambos países como Beaux-Arts Magazine, Europe Magazine Littéraire, Revista da USP o Cadernos de Literatura Brasileira, e integrante de la comisión para selección de becas de la UNESCO-Aschberg.
Como complemento de este proyecto de bienal está el paso de la bienal siguiente (XIX, 1987) a su cargo donde vuelve a retomar los temas de lo universal y de la participación curatorial a niveles de protagonismo [véase doc. no. 1110910].