En las décadas de los treinta y cuarenta, en el Brasil se gestó un acalorado debate (y feliz sistematización) sobre los estudios académicos en torno al aporte africano en la formación de la cultura nacional. Amén de haber sido discutido por intelectuales, el asunto pasó a ser tema en la obra de escritores y artistas plásticos “modernistas”, entre otros, desde el capítulo VII del Macunaíma (1928) de Mário de Andrade. El 2º Congresso afro-brasileiro realizado en Bahía (1937) lo organizaron los sociólogos Edson Carneiro y Aydano do Conto Ferraz, ambos ligados a las investigaciones hechas a principios del siglo XX en Bahía por el médico y antropólogo Nina Rodrigues; seguido, a su vez, por el antropólogo Arthur Ramos. El documento divide a los estudiosos de la cultura afrobrasileña en dos vertientes: por un lado, aquellos investigadores que operaron en Salvador (estado de Bahía) en torno al legado de Nina Rodrigues; y, por el otro, el grupo de Recife (estado de Pernambuco) que lideraba el sociólogo Gilberto Freyre. El texto resalta los nexos existentes entre gente de la academia y autoridades rituales del candomblé.
[Consúltese en el archivo digital ICAA sobre el referido evento de Gilberto Freyre “O que foi o 1.º Congresso Afro-Brasileiro do Recife” (doc. no. 783512), incluido en Novos Estudos Afro-Brasileiros (Río de Janeiro: Civilização Brasileira, 1937)].