Lisette Lagnado señala ciertos aspectos de interés en torno a la obra de José Leonilson. Percibe nexos entre el habla y la obra del pintor, cuando este expresa que un trabajo bien pudiera ser tanto una pintura como una carta; amén del hecho de que cada creación esté platónicamente dedicada a una pasión. Afirma que el artista no husmea asunto para pintar, y que ver una película de Wim Wenders, bien podría dar un lienzo por resultado. A juicio de la ensayista, su arte implica soltura y optimismo; es desprendida y generosa. Opina que, en la pintura de Leonilson, la tinta surge para hacer tabula rasa de la pintura académica. Añade que esto sería una explicación plausible para la falta de profundidad, de perspectiva y de verticalidad que marca sus telas. En fin de cuentas, Lagnado considera tratarse de una pintura epidérmica, sin costras ni relieves, sin luces ni tampoco sombras; todo se desarrolla en un mismo plano.

El presente artículo se publica en 1988, cuando el artista había logrado cierta notoriedad entre su generación, e implica un primer enfoque que Lisette Lagnado (n. 1961) hace de la obra de José Leonilson [Bezerra Dias] (1957?93). Trátase de un artista del Ceará (en el “nordeste” brasileño) que emigra hacia São Paulo donde encontrará las condiciones para su formación y desarrollo artístico. Se convierte en uno de los artistas destacados de la llamada “Geração 80”, caracterizada por la “volta à pintura” —que desde principio de siglo se tradujo como “retour à l’ordre” o bien como “regreso a la pintura”—; esto es, una práctica hedonista que rechaza el racionalismo del arte conceptual predominante durante la década anterior de los setenta. No obstante, este tipo de arte se vuelca hacia una producción de tenor intimista donde la cuestión identitaria se enfrenta a la muerte inminente, crisis desencadenada por el hallazgo de saberse portador del virus VIH.

Lisette Lagnado, la investigadora, crítica de arte y escritora, desarrolló una importante actividad en el llamado Projeto Leonilson creado poco después de su fallecimiento (1994), con el propósito inicial de organizar un Catalogue raisonné de su obra para mejor divulgarla. De hecho, el libro Leonilson. São tantas as verdades (São Paulo: DBA/Melhoramentos, 1996) y la muestra resultante bajo su curaduría, en estrecha colaboración con el Serviço Social da Indústria, se convirtió en la mayor realización de dicho proyecto hasta la fecha. 

En referencia a este asunto, consúltese de Lisette Lagnado, “Entrevista com o artista: a dimensão da fala — Interview with the artist: the dimension of speech” [doc. no. 1110767">1110767]; y Leonilson: São tantas as verdades = So many are the truths (São Paulo: DBA/Melhoramentos, 1998) [doc. no. 1110767">1110767].