Malasartes, revista de referencia de la producción artística desplegada a mediados de los setenta en Brasil, solo llegó a publicar tres números entre 1975 y 1976. Además de algunos escritos y trabajos con autoría de críticos y artistas (en su mayoría de Río de Janeiro y de São Paulo), la publicación —de cuño crítico y tono irreverente— tradujo incluso textos internacionales de arte (considerados entonces como emblemáticos); reeditó textos previamente publicados en Brasil, además de asignar un espacio para la crítica de cine y la poesía experimental. El objetivo de la revista era el de hacer un aporte en medio del debate sobre arte contemporáneo en Brasil, sin tener que atenerse a un movimiento específico pero, eso sí, teniendo en mira el análisis de la función del arte en el ámbito de la cultura nacional.
Teniendo entre sus integrantes a críticos de arte como Ronaldo Brito, la revista Malasartes (Río de Janeiro) lanzó un “Manifesto” [véase doc. no. 1111318] donde se muestra un primer momento de articulación de sus artistas para intervenir contra la manipulación de la interpretación de sus obras en manos del circuito de las artes. Es adecuado el considerarlo, incluso, una de las primeras impugnaciones a la actuación del crítico de arte como “curador”, entendido a lo largo de la proclama como un simple organizador de exposiciones que favorecen al mercado. Al respecto, hay otro texto publicado en Malasartes,titulado “A velha arte agora” [doc. no. 1110593], en el que los artistas aglutinados en su entorno protestan, en especial, contra la influencia ejercida por la actuación curatorial del crítico Roberto Pontual.