Aracy Amaral (n. 1930) es historiadora y crítica de arte. Desde 1975 ha venido desarrollando un interés específico sobre el arte en América Latina, habiendo participado del Simposio de Austin, en Texas, y desde entonces allegándose a críticos latinoamericanos (Marta Traba, Juan Acha y Damián C. Bayón, entre otros). De ellos emana su interés por el aspecto “identitario” del arte, que estuvo muy en boga en la década de los setenta. En un texto de Amaral —“ Modernidade e identidade: as duas Américas Latinas, ou três, fora do tempo” [doc. no. 776159]— “lo nuevo” se impregna de la obligatoriedad de autoafirmación y está estrechamente vinculado al asunto de “lo nacional”, de “lo popular” y del “internacionalismo”. En otro texto suyo —Projeto de trabalho: História da arte moderna na América Latina [doc. no. 776227]— Amaral teje un comentario sobre la ambigüedad que detenta el término “arte” a lo largo de la América Latina; reconociendo, sin embargo, la formación de una identidad colectiva, así como la naturaleza “híbrida” de las diversas culturas en juego. El presente documento introduce los objetivos del libro escrito por Amaral Arte para quê? A preocupação social na arte brasileira 1930–1970; entre ellos la obligatoriedad de pensar cómo se involucran (tanto artistas como críticos) en el destino que ejerce lo sociopolítico en la producción artística brasileña del siglo XX. Amaral, a lo largo de la obra, no sólo sale en defensa del análisis temático de la obra de arte, sino que, además, evoca la necesidad de que el arte “vuelva a encontrar su función social” para que, con ello, deje de estar “al servicio” de las clases dominantes. En el cuadro que monta la autora se albergan desde las manifestaciones de cuño expresionista de Lasar Segall y Lívio Abramo en la década de los treinta, así como también la organización de los Centros Populares de Cultura, amén de los trabajos de artes plásticas que, en los sesenta, “forjan un comentario” de la represión impuesta por la dictadura militar —que se perpetuaría más de dos décadas (1964−85)— por un lado, y, por el otro, hacen una crítica a las instituciones de arte, asumiendo así una posición marginal con respecto al mercado.