Tratándose de un ejemplo de revisión historiográfica del arte afro-brasileño durante el período del modernismo, este texto pretende ubicar aquellas prácticas que nunca tuvieron un previo reconocimiento. La inclusión del pintor y músico Heitor dos Prazeres (1898–1966) en el libro Retrato da arte moderna do Brasil es, tal vez, una de las primeras iniciativas para sancionar la obra de este pintor y compositor de sambas, el cual, más tarde, recibiría el tercer premio de pintura durante la I Bienal do Museu de Arte Moderna de São Paulo, en 1951, obteniendo a seguir el derecho de una sala especial durante la segunda edición de la misma (1953). El crítico de arte Lourival Gomes Machado identifica en la pintura de Heitor la “primera embestida”, en el campo de las artes plásticas, de toda aquella subcultura forjada por los negros en las grandes urbes. Sin el menor tipo de marginalidad y empleando una técnica “capaz de atontar a un académico”, el pintor cobra notabilidad por el empleo de esmaltes sobre madera para la construcción de escenas tales como las ejecuciones del samba, partiéndose de los “maravillosos mosaicos” de patrones, estampas y adornos “peculiares y diversos”. Los pasajes del libro que hablan sobre Heitor dos Prazeres lo colocan al frente de “los pelotones” de isleños, pero nunca al lado “consagrado y victorioso”; lo presentan como representante de los artistas anónimos, no obstante que la originalidad de su trabajo lo postule entonces como algo potente e inesperado.
Tal como dos Prazeres, el pintor y músico brasileño Emídio de Souza (1867–1949) fue “descubierto” después de muchos años de producción artística, hacia 1939, por otro pintor, el ítalo-brasileño Alfredo Volpi (1896–1988), siendo posteriormente expuesto a través del crítico de arte Sérgio Milliet (1898–1966).
Lourival Gomes Machado (1917?67) fue periodista, crítico e historiador del arte. Hacia 1941, junto con intelectuales de la talla de Antonio Candido, Paulo Emílio Salles Gomes y Décio de Almeida Prado, lanza la revista Clima (São Paulo), cuyo objetivo es propagar una renovación en los ámbitos de la crítica literaria, cine y teatro en Brasil. En esa década, es crítico de arte del diario Folha da Manhã y redactor de política internacional en O Estado de S. Paulo; y tras el abandono del puesto por el curador belga Léon Degand, pasa a dirigir el MAM/SP (Museu de Arte Moderna de São Paulo) (1949?51). Su texto más divulgado, Barroco Mineiro (1969), es una selección de artículos sobre el tema, previamente iniciado en 1953 con Teorias do Barroco.
Como complemento de este texto, hay otro estudio de Gomes Machado sobre la pintura brasileña dividida entre libertad individual y determinismo ambiental, “O outro cavalo de Tróia” [doc. no. 1110724].