En “La investigación” (véase doc. no. 1099666), donde se bosqueja el trabajo, la autora enfatiza el haber dejado su papel como curadora a un lado, para asumirse como alumna de los artistas del cuerpo. Pabón, para comenzar lo que denomina el “nivel práctico”, decide dar la voz activa del texto a los artistas del cuerpo permitiéndoles presentarse, a sí mismos, vía escritos, fotografías y demás registros gráficos que hacen parte del catálogo convertido en libro Proyecto Pentágono (2000). Esta etapa le permitió realizar una muestra de registros, en video, de las acciones que exposiciones integraron a la muestra Actos de Fabulación (2000).
Al ceder el espacio de escritura a los artistas, la autora preserva la instancia de la acción performática como acto de aprendizaje, de proceso y de exploración (desde el cuerpo y con el cuerpo). Sin embargo, Pabón mantiene un hilo conductor; es la descriptora y comentadora de las obras, en algunos casos valiéndose de citas de otros críticos y/o de citas filosóficas para sustentar con ellas la importancia de inclusión de algunos artistas en la muestra. La selección de artistas para el catálogo y las intervenciones de la autora, trazan una clara línea de intereses sobre las obras que destacan: la materialidad del cuerpo, el valor de la vida como instancia intrínseca de las piezas y la búsqueda de una consciencia de reunificación sujeta a principios básicos tales como la naturaleza y los ciclos vitales. La fundamentación filosófica curatorial subyace en estos valores; aunque se problematice la transmutación del “aquí y ahora” (colectivo o individual), éstos dejan de lado otras posibles lecturas como podrían ser la figura de artista, el medio del arte nacional, el humor, la política etc. Se limita, así, a sólo una lectura posible de cada una de las obras y, en consecuencia, se concluye el acto del performance (en general) como un evento de orden vital primordial. Podría pensarse, entonces, en la reducción del gesto performático a la inevitable primera conclusión arte/vida que, con distancia, instaura un discurso velado por un tono naïf, tan pretencioso como fuera de la realidad del campo plástico nacional. Esta tendencia también circunscribe la experiencia performática a aquellos artistas que parecen trabajar, tan sólo, desde la práctica performática (como fin). En ese caso y por su propia índole de artista multimediático, es Wilson Díaz el único caso al que se le da importancia.
A este respecto, cabe resaltar la importancia de textos escritos por los artistas Rolf Abderhalden, Wilson Díaz y Alfonso Suárez, quienes se destacan al alejarse de aquellas instancias-clichés antes mencionadas. Ellos poseen pocas pretensiones de cambio social o vital que acentuara su interés artístico; dicha característica es visible tanto en la naturaleza de sus actos performáticos como en sus apuntes.
Consuelo Pabón (n. 1961) es curadora independiente y académica licenciada y obtuvo una maestría en Filosofía aplicada a la Estética en la Faculté de Philosophie de l’Université de Paris. Entre 1989 y 1990, fue profesora de las facultades de Artes y Humanidades de la Universidad de los Andes y la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá. A partir de 1997, Pabón se vincula con la Universidad de Medellín como profesora de estética para estudiantes de arte.