El Semanario Cultural del diario El Pueblo dedica un número especial al portafolio de grabados Graficario de la lucha popular en Colombia (1977) publicando los textos allí editados. Se incluye tanto el prólogo del escritor Gabriel García Márquez (véase “Colón disfrazó de caníbales a los indígenas, porque era un genio de la publicidad!: Gabito” [1099741]) como la introducción del historiador y crítico de arte Álvaro Medina. El texto es importante no sólo por introducir el Graficario sino por los planteamientos de Medina en relación al compromiso político del artista y la representación de episodios críticos de la lucha popular y obrera en Colombia. Uno de tales planteos lo lleva a concluir que el pintor y caricaturista del siglo XIX José María Espinosa fue “el primer artista comprometido de Colombia. Luego de enrolarse como soldado patriota, cayó preso y utilizó “por primera vez la caricatura como arma de combate”. El Graficario reunió serigrafías de 32 pintores, grabadores y caricaturistas colombianos de diversas épocas de los siglos XIX y XX. Su importancia documental se debe a que, a partir de un planteamiento político, artístico y pedagógico, se dan a conocer algunas circunstancias de los movimientos sociales y políticos en Colombia.
La idea del Graficario surgió en 1976 por iniciativa de Álvaro Medina, la gestora cultural María Eudoxia Arango y los artistas Pedro Alcántara Herrán (nac. 1942), Virginia Amaya (nac. 1954) y Phanor León (1944?2006). Este grupo, en principio, se denominó Arango-Medina editores Alcántara-León impresores, antecesor del Taller Corporación Prográfica. A ellos los unía su militancia comunista y, por la gestión de Alcántara Herrán, lograron consolidar proyectos con países socialistas; entre otros con Cuba (véase “Texto introductorio del catálogo Cuba-Colombia, raíces comunes” [1098961]) y la antigua DDR (República Democrática Alemana) (“Texto de introducción” [1098976]).
Cuando se divulgó el Graficario, la ciudad de Cali era un epicentro de la gráfica en Latinoamérica debido a la realización de tres bienales americanas de artes gráficas en el Museo de Arte Moderno La Tertulia (1971, 1973, 1976), que contribuyeron a difundir artistas nacionales y latinoamericanos. Los grabadores de los años setenta se enriquecieron de las experiencias de países como México, Cuba y Puerto Rico; en particular, este último influyó a través del grabador puertorriqueño Lorenzo Homar (1913?2004), quien dictó cursos al respecto y dirigió portafolios gráficos realizados en Cali. A los miembros de Prográfica los unió a Homar un estrecho lazo de amistad afianzada por la afinidad política de izquierda. Prográfica funcionó entre 1977 y 1987 bajo la dirección de Alcántara Herrán y Arango. Se especializó en la técnica serigráfica impartida por Homar, siendo su proyecto inaugural el Graficario de la lucha popular en Colombia.