Este texto debe ser considerado relevante por explorar un problema recurrente dentro de la historia colombiana: la violencia como elemento catalizador de dinámicas sociales. La exploración del crítico e historiador José Hernán Aguilar (n. 1952) a partir de la reconstrucción de un periodo histórico, permite establecer relaciones entre el desarrollo de la cinematografía y su posterior evolución hacia “lo experimental” [véase al respecto “Historia del Video arte en Colombia”, doc. no. 1130869], a partir del nexo entre la historia y la memoria en un país fragmentado por una incesante violencia. Dentro del corto (e inexplorado) campo de la historia de los medios electrónicos en Colombia, este texto busca aproximarse al interés de su autor en la oposición temporal entre “la tradición” y “lo propio”, con respecto a la herencia musical europea, presente en la academia y escuelas de música de nuestro país.
Aguilar es una figura destacada en el campo artístico nacional debido a su amplia y reconocida trayectoria. Conferencista para el Banco de la República en Arte y Análisis Visual (1989-1997), miembro del Comité de Artes Plásticas del Instituto Colombiano de Cultura (1988-1990) y jurado en diferentes bienales del Museo de Arte Moderno de Bogotá (1988, 1990 y 1992). De su producción, vale la pena resaltar sus investigaciones como profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia en historia del arte medieval, fotografía y arte contemporáneo. Juan Reyes (n. 1962) afirma que la composición electroacústica en Colombia fue relegada a causa de la falta de interés durante un periodo de casi dos décadas; sobre todo, al ser considerada un medio con poco impacto dentro del campo artístico del país. La mirada crítica de Reyes plantea una reflexión a partir de un planteo cronológico que parte de 1960. Reyes se aproxima a figuras como Jacqueline Nova (1935-75) y reflexiona sobre las posibilidades de una herencia transcultural en Colombia; herencia llena de contrastes que permite generar nuevas formas de composición no necesariamente musical. Un poco a la manera del “hacker” [véase “El artista como hacker”, doc. no. 1099561] quien siempre en continuo movimiento, se apropia y crea a partir de una mezcla entre “lo disponible” (lo foráneo y lo propio) buscando subvertirlo. La composición electroacústica y el arte sonoro en Colombia sufren continuos cuestionamientos, reinventándose continuamente a través de eventos como el Festival de Música Contemporánea (1990) y posteriormente el Colón Electrónico (2002), ambos eventos realizados en Bogotá.