El libro Pintura y realidad del artista colombiano Marco Ospina (1912−83) se publicó inicialmente por entregas en la Revista Trimestral de Cultura Moderna de la Universidad Nacional de Colombia en 1947 (véase “El arte de la pintura y la realidad”, doc. no. 1056293), reimprimiéndose en agosto de 1949. En principio, entre el texto publicado como artículos de revista y el presente libro no existen mayores diferencias; no obstante, la importancia del libro radica en haber sido uno de los pocos escritos publicado por un artista de la época. En Colombia, entre las décadas de treinta y cincuenta, la voz “autorizada” para hablar de arte estaba asociada a los críticos literarios, políticos, novelistas y poetas. Fue así como alrededor de la década de cuarenta, la inmigración alemana, austríaca y española trajo al país varios críticos notables, especializados en arte, así como galeristas, coleccionistas y libreros.
Marco Ospina es considerado uno de los primeros pintores abstractos en Colombia. Aunque nació a principios de siglo, perteneció a la generación de artistas modernos fuertemente activos en los cuarenta e incluye a Guillermo Wiedemann (1905–69), Eduardo Ramírez Villamizar (1923–2004), Édgar Negret (n. 1920) y Alejandro Obregón (1920−92).
En esta época, la mayor contribución de los artistas colombianos al mundo editorial había sido la ilustración de libros: es el caso de Santiago Martínez Delgado (1906–54), quien ilustró poemas de Guillermo Valencia en 1941, y el de Sergio Trujillo Magnenat (1911−91), quien hizo lo propio para afiches, revistas y novelas. Otros artistas de entonces escribieron principalmente sobre arte prehispánico y colonial (por ejemplo, Luis Alberto Acuña); Ignacio Gómez Jaramillo publicó un libro con sus memorias, además de varios artículos en prensa. Sin embargo, con excepción del libro Pintura y realidad de Ospina, ningún artista del período publicó en voz propia sobre arte.