El grupo que llegó para quedarse en la História da Arte Brasileira bajo el nombre de Santa Helena era compuesto de artistas que compartían el hábito de ir (los fines de semana) a las zonas periféricas de la ciudad de São Paulo para pintar al aire libre. Entre 1934 y mediados de la década de los cuarenta, los pintores Mário Zanini, el propio Rebolo, Manoel Martins, Fulvio Pennacchi, Aldo Bonadei, Clóvis Graciano, Alfredo Volpi, Humberto Rosa y Alfredo Rizzotti compartían sus talleres en el Palacete Santa Helena, en pleno centro de la urbe paulistana. Sin embargo, jamás se pronunciaron bajo la rúbrica de un grupo aunque, todos ellos, hayan participado de los salones de la FAM (Família Artística Paulista), la cual fue caracterizada por el escritor Mário de Andrade como productora de una pintura de índole “proletaria”.
Lourival Gomes Machado (1917?67) fue periodista, crítico e historiador del arte. Hacia 1941, junto con intelectuales de la talla de Antonio Candido, Paulo Emílio Salles Gomes y Décio de Almeida Prado, lanza la revista Clima (São Paulo), cuyo objetivo es propagar una renovación en los ámbitos de la crítica literaria, cine y teatro en Brasil. En esa década, es crítico de arte del diario Folha da Manhã y redactor de política internacional en O Estado de S. Paulo; y tras el abandono del puesto por Léon Degand, pasa a dirigir el MAM/SP (Museu de Arte Moderna de São Paulo (1949?51). Su texto más divulgado, Barroco Mineiro (1969), es una recopilación de artículos sobre el tema, previamente iniciado en 1953 con Teorias do Barroco.
En este artículo, Gomes Machado llama la atención hacia “una fuerte averiguación popular, cuando no verdaderamente primitiva” de las soluciones paisajísticas de Rebolo y de sus colegas pintores del grupo Santa Helena. Son los agrupamientos —cuya generación de transición abarca desde el modernismo de los veinte a las tendencias abstractas de inicios de los cincuenta— que anhelan una renovación artística en Brasil, partiendo del hecho de que muchos de sus integrantes emigraron de Europa.
Sobre este asunto, puede consultar un texto del pintor Willys de Castro sobre el artista de mayor proyección de todo ese grupo: “Volpi pinta vôlpis” [doc. no. 1090193]. Un artista que, pese a su propuesta erudita del campo pictórico, fue capaz de integrar (en esas abstracciones) elementos constantes de cuño popular.