Esta carta interesa por ser una de las pocas oportunidades donde suficientes miembros de la comunidad artística hacen manifiesta ante la sociedad colombiana su existencia con el propósito de reclamar sus derechos y afirmarse como profesionales en un área especializada de conocimiento. Está firmada por varios de los más destacados miembros de la comunidad artística colombiana de los años ochenta, entre quienes se encuentran los escultores Feliza Bursztyn (1933-82) y Eduardo Ramírez Villamizar (1923–2004), los pintores Carlos Rojas (1933–97) y Manuel Hernández (n. 1928-), entre muchos otros. Es uno de los episodios que despiertan más interés respecto a una polémica que perduró durante la segunda mitad de 1980, por tratarse del apoyo incondicional a un escultor abstracto como Edgar Negret (n. 1920).
La razón por la cual se desata este reproche a las opiniones de la Academia Colombiana de Historia (A. C. H.) en defensa de la autodeterminación del trabajo de la comunidad artística, es por la polémica generada en torno al monumento a Simón Bolívar, comisionado a Edgar Negret por el Ministerio de Obras Públicas y Transporte. La obra formaría parte de la celebración del sesquicentenario de la muerte del Libertador, a ser realizado en la plazoleta de lo que ahora se conoce como el parque bogotano “Simón Bolívar”. Días antes de comenzar la construcción del monumento —que en opinión de Negret “va a ser la mejor obra de mi carrera escultórica, a la que me he dedicado totalmente”, en rueda de prensa, los miembros de la A. C. H. hacen pública su inconformidad por el diseño escultórico presentado. Según afirmaron, “no se justifica una inversión tan cuantiosa en un trabajo que ningún mensaje cultural ni histórico le va a trasmitir al pueblo, que necesita conocer a fondo los detalles de la gesta emancipadora”. Esta crítica aludía inicialmente al uso de los fondos en la construcción de una obra monumental (30 x 80 x 80 metros) los cuales podrían ser mejor utilizados en otro tipo de proyectos. A partir de allí se desató una verdadera avalancha de críticas de todo tipo, las cuales terminaron con la definitiva cancelación del proyecto y la declaración (por parte del Ministerio de Obras) asegurando que, en ningún momento, se ordenó el desarrollo del mencionado proyecto.
Este artículo se relaciona tanto con “Académicos vs. Artistas” [véase doc. no. 1089362] como con “No se ordenó monumento de Negret”, doc. no. 1089334]