Mário Pedrosa parte de las teorías formuladas por el crítico británico de arquitectura Geoffey Scott [comentado por él en otro ensayo disponible en el archivo digital ICAA, “Niemeyer e crítica de arte” (doc. no. 1086699)], discípulo del historiador de arte norteamericano Bernard Berenson. Esta crítica arquitectónica de Pedrosa se atañe a la percepción del espacio visto por el recorrido del observador y no a una visión técnica, funcional o intelectual del proyecto. El crítico se muestra confiado de que ese enfoque del proceso se aproxima a la construcción de un objeto plástico; a su juicio, es algo fundamental para el entendimiento de la obra contemporánea, en especial, la producida por artistas concretos (São Paulo) y neoconcretos (Río de Janeiro). La noción que plantea de “revés del espacio” la vincula a la “Cinta de Moebius”, una forma empleada por Max Bill en su obra Dreiteilige Einheit [Unidad Tripartita, 1948–51], que obtuvo el premio principal de la Primera Bienal de São Paulo (1951).
El intelectual y político Mário Pedrosa (1900–81) es, sin lugar a dudas, el teórico y crítico vertebral del arte brasileño en el siglo XX. Fue inicialmente redactor de política internacional para el Diário da Noite, afiliándose desde la década de 1920 al PCB (Partido Comunista Brasileño). Estuvo preso en 1932 por su militancia política (entonces trotskista). Durante el Estado Novo getulista, vive el exilio en Francia y Nueva York, y sólo regresa al Brasil en la posguerra, colaborando en el Correio da Manhã. Su antiestalinismo lo lleva a fundar el semanario Vanguarda Socialista. Presenta una tesis de docencia en estética, “Da natureza afetiva da forma na obra de arte” (1949), en la Faculdade de Arquitetura (Río), donde coloca todo su bagaje filosófico y de sicología de la Gestalt, siendo en esa época uno de los fundadores de la AICA (1948) y organizador del Congreso Internacional de Críticos de Arte (Brasilia, 1959). Escribe la columna de crítica de arte en Tribuna da Imprensa (1950–54) y, en esa década, es miembro organizador de la II y III bienales de São Paulo (1953 y 1955), pasando a dirigir el MAM-SP (1961–63). Es secretario del Consejo Nacional de Cultura en el breve gobierno de Jânio Quadros. Durante la dictadura militar se refugia en Chile y pasa a dirigir en Santiago el Museo de la Solidaridad; tras el golpe de Pinochet (1973) parte a La Habana como secretario del Museo de la Resistencia Salvador Allende. Sólo regresa al Brasil en 1977 (durante los inicios de la Amnistía) y es el primero en firmar el manifiesto de creación del PT (Partido dos Trabalhadores, 1980). Su vastísima biblioteca (8 mil volúmenes) está parcialmente accesible en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro.