Promovido por la compañía de seguros SATMA para inaugurar su sede en Río, el simposio reunió tanto a los defensores como a los detractores del abstraccionismo, siguiendo así un debate público que se inició en São Paulo en relación a la muestra Do figurativismo ao abstracionismo, organizada por el crítico belga de arte Léon Degand, en el Museu de Arte Moderna de São Paulo, bajo su dirección en ese mismo año de 1949. Siendo un exponente y entusiasta del arte figurativo, Quirino Campofiorito (1902–93) menciona la exposición del MAM-SP tanto como la orientación de ese museo en favor de la corriente abstracta en el arte, mostrándose en ostensiva contraposición a lo expresado por Degand días antes en una conferencia en Río de Janeiro. La opción por el arte abstracto, a juicio de Campofiorito, implica una renuncia de posibilidad artística “a decirse algo” por medio de la obra. Entiende la autonomía de la forma y del color como “limitaciones” que no superan “la epidermis de las sensaciones plásticas”, al permitir lo que en su opinión son simples variaciones sobre “las condiciones decorativas de los colores y las formas”. Opina que dicho “proceso de expresión” escamotea las carencias del artista abstracto: ideas, asuntos y técnicas.
Al respecto de esta perspectiva trazada por Campofiorito, hay el texto de Léon Degand publicado en el catálogo de la muestra Do figurativismo ao abstracionismo [véase doc. no. 1085735]. En referencia al debate entre realismo y abstracción, hay un reportaje publicado en el Diário da Noite donde dan sus opiniones en favor de la figura “humana” el escultor Victor Brecheret y el pintor Lasar Segall: “Em torno do terceiro Salão de Maio” [doc. no. 1085032].