Waldemar Cordeiro (1925–73), el artista ítalo brasileño nacido en Roma y radicado en Brasil desde los veinte años, fue uno de los pioneros del arte concreto en el país. Fue un incisivo crítico de arte y uno de los principales propagadores del arte abstracto en ese medio artístico desde finales de la década de los cuarenta. Escrito casi a su llegada y publicado en la Revista de Novíssimos no. 2, São Paulo, enero-febrero, 1949 —consulte el CD-ROM WC, documento 6—, da una buena perspectiva de sus ideas iniciales al respecto de lo que será “lo concreto”, y había sido motivo de una violenta discusión entre artistas y críticos en torno a la figuración y al arte abstracto. A través de su columna en la Folha da Manhã y de algunos artículos publicados en revistas especializadas (como HABITAT), se yergue como defensor de estas corrientes, pasando a ser el articulador del concretismo paulista.
Tanto el arte “concreto” entendido por los paulistas (regido por principios geométrico-matemáticos) como su posterior opositor, el “neoconcretismo” de Río de Janeiro (tendiente más a una geometría abstracta de tipo sensorial), coincidían en un enfrentamiento radical contra cualquier tipo de arte figurativo o de tenor nacionalista, los cuales ya habían inundado las décadas anteriores. En su concepción del problema, Cordeiro parte de una realidad (pictórica) compuesta de líneas y colores sin subordinarse a ningún esquema de representación, siendo pues idónea para participar de los valores plásticos de la vida contemporánea.
Habría dos textos de Cordeiro que son lecturas complementarias al asunto levantado por este ensayo: “Novas tendências e nova figuração” [doc. no. 1110840], según el cual la Nova Figuração viene a responder al dilema entre abstracción y figuración; y “Realismo: ‘musa da vingança e da tristeza’” [doc. no. 1110839], por medio del cual está convencido de que las conquistas logradas por el arte no figurativo son irreversibles, y que las nuevas tendencias (nts) no pueden confundirse con el figurativismo.