El poeta y crítico brasileño Mário de Andrade (1893–1945) torna evidente, en este texto, su proximidad a la cultura alemana y su conocimiento del expresionismo, iniciados tras su gran descubrimiento de la obra de Anita Malfatti (1889–1964) en la exposición de 1917; lo cual se hace efectivo dos años después cuando publica un artículo favorable a los desarrollos pictóricos de la artista. El texto surgió en respuesta a la crítica bastante conservadora del conocido escritor brasileño y crítico de arte Monteiro Lobato (1882–1948) [véase doc. no.784117].
El gran interés de Mário de Andrade por la cultura alemana y, en especial, por el expresionismo es provocado, también, por el regreso de Suiza tanto del crítico y amigo personal Sérgio Milliet (1898−1966) como del historiador brasileño Rubens Borba de Moraes (1899–1986); a eso se añade sus suscripciones a revistas alemanas de arte como Deutsche Kunst und Dekoration y Die Kunst. Al mismo tiempo, al mencionar el “regreso a la construcción” de Malfatti, de Andrade deja ver sus lecturas de la revista L'Esprit Nouveau (fundada por el arquitecto suizo Le Corbusier y por el artista francés Amédée Ozenfant), destacándose —poco después de la insurgencia vanguardista— el impulso conservador hacia la preservación de la pintura conocido como “retour à l’ordre”. Eso se nota por la predilección de Mário de Andrade por la obra A Estudante Russa (ca. 1915), la obra de menor radicalidad entre las presentes con mínimas deformaciones figurativas, aunque de color vibrante; asunto de la mayor importancia para de Andrade.