La artista colombiana Beatriz González realiza en este artículo lo que ella denomina una “historia de las decisiones artísticas de Caballero”. Parte de un análisis de las posibles influencias tempranas del artista en Colombia, entre las que menciona la pintura y las tallas coloniales del arte religioso. Continúa con las influencias recibidas por parte de sus maestros —el artista Juan Antonio Roda y la crítica argentina Marta Traba— en la Universidad de los Andes, en Bogotá; su familiaridad con el arte: en especial Diego Velázquez y la cultura española y su contacto posterior en Europa con la obra de Francis Bacon, Allen Jones y Sebastián Matta. González señala las diversas etapas por las que atravesó el trabajo artístico de Luis Caballero intercalando una selección de apreciaciones críticas por parte de Traba, de la crítica y curadora colombiana Carolina Ponce de León y Juan Calzadilla. Al mismo tiempo, González enfatiza la continua y persistente “voluntad provocadora” expresada por Caballero a través de un lenguaje clásico y expresionista a la vez. Las etapas incluyen la inicial y más “moderna”, en la cual predomina un “humanismo atormentado”; la siguiente, donde existe un dominio de la forma y una mezcla de erotismo y misticismo; y una posterior, en la que realiza una “puesta-en-escena pictórica” y se interesa por la relación eros/muerte; y, finalmente, la más reciente, en la cual trabaja con modelos, donde se hace énfasis en el “drama del deseo” y el sensualismo. A lo largo de su carrera, González reconoce aspectos claves: ya sea el cuerpo como “verdad y metáfora” o bien el “aura de intensidad humana en su obra”.

Este artículo, escrito en 1992 por Beatriz González (nac. 1938), es especialmente significativo no sólo por la visión panorámica que ofrece de la obra de Luis Caballero (1943?1995), sino también por el hecho de haber sido escrito por alguien cercano al artista en diferentes niveles: el del arte (al ser González también una reconocida pintora); el de su contexto cultural colombiano (al ser ella también colombiana de su misma generación); el de su educación formal (al haber sido compañera suya en la Universidad de los Andes); y el afectivo (al haber sido su amiga a lo largo de toda su vida). Todos estos aspectos permiten entretejer hechos biográficos relevantes de la vida de Caballero, con un análisis de las diferentes etapas de su carrera artística. Este análisis hace posible apreciar tanto los cambios como la continuidad de aspectos claves y distintivos de la obra de Caballero. Le permiten, también, señalar limitaciones y posibilidades del contexto cultural compartidos por ambos, a modo de trasfondo frente al cual ella define características fundamentales de la obra tanto en su calidad artística como humanista. Otro artículo, escrito por González y centrado en la obra de finales de la década de los sesenta, es importante complemento del presente documento: González, Beatriz. Luis Caballero. Sin Título 1966?1968 (Bogotá: Museo Nacional de Colombia, 1997).  

Este artículo fue incluido en el catálogo que acompañó la exposición de obras recientes de Luis Caballero en la Casa de América de Madrid, en 1994. Posteriormente, apareció (con algunas modificaciones) en el libro de carácter retrospectivo publicado el año de la muerte del artista (González, Beatriz. “Luis Caballero: La voluntad perturbadora”, en Luis Caballero, Bogotá: El Sello Editorial, 1995).