La presente reseña contiene información valiosa sobre los nuevos lenguajes surgidos durante la década de los setenta en Venezuela. De hecho, esta muestra fue unos de los primeros eventos de arte conceptual donde varios artistas reunidos exploran un “nuevo medio” en particular: la fotocopia. Las declaraciones (emitidas por Héctor Fuenmayor y Claudio Perna) están formuladas en plural y como propuestas de vanguardia. Afirman, entre otros puntos: “creemos que el concepto de las bellas artes ha muerto y que los museos y las galerías están en crisis para establecer una continuidad; (…) creemos que el arte no es el producto final, también es el proceso de desarrollo”. Proponen la difusión masiva del arte, de las imágenes y las ideas, a través de la “multiplicación por las series de las series”. Destacan que su propuesta funciona en el sistema de “arte correo” para reproducir en otros países y con máquinas más sofisticadas las propuestas estéticas y las ideas que surgen en la cabeza de un artista. A su juicio, están planteando una alternativa al fenómeno comercial, ya que el arte no se adquiere como un producto exclusivo.
Siendo de 1978, son varios e importantes los síntomas del arte de la postmodernidad esbozados en esta breve reseña; específicamente, el de la crítica institucional y el archivo como elementos vinculados a la obra de arte, o sea, su presencia física en la sala de exposición, según es la propuesta de algunos curadores en la actualidad. En la muestra se exhibe la fotocopia de un ensayo de Gregory Battcok; refiriéndose al mismo, los periodistas comentan que hay en la exposición “hasta textos de lectura” y que esto les pareció poco llamativo, por ser el tipo de material que usan cotidianamente en su trabajo.
Aunque la reseña no destaca que algún artista en particular sea el conceptualizador y organizador de la muestra, es evidente que la participación de Perna fue clave. Entre 1973 y 1974, este artista oriundo de Italia y residente en Venezuela había iniciado una prolífica experimentación con la máquina fotocopiadora, llegando a exponer una selección de sus resultados en 1975, bajo el título Autocopias, en el Museo de Bellas Artes de Caracas, acompañada por un texto de Lourdes Blanco [véase archivo digital ICAA “Claudio Perna: fotocopias” (1080715)]. En 1977 presenta en el Instituto de Diseño de la Fundación Newman-Ince otra variante: La llamada telefónica. Autocopias. Además, Perna había hecho montajes de sus obras en la vitrina de Cruz del Sur, y mantenía estrecho vínculo con esta legendaria librería ubicada en Sabana Grande, al oriente de Caracas, bastante activa entre las décadas de los cincuenta y setenta; incluso, uno de los sitios de reunión predilectos de intelectuales y artistas.