El ensayo del escritor Oscar Marcano (n. 1958) implica el acercamiento crítico del narrador y periodista hacia la obra de Rolando Peña (n. 1942). Aunque está publicado con motivo de la clausura de su exposición de 1990 El Laberinto en la Sala RG de Caracas, aporta una visión bastante completa de la obra y la personalidad de este artista conceptual venezolano, conocido como “El Príncipe Negro”. Marcano presenta aspectos importantes de su obra tales como el contenido crítico y político propuesto, uno de los rasgos del arte conceptual latinoamericano; en este caso, referente a una problemática venezolana y, a la vez, internacional: el petróleo. Con destreza literaria, Marcano resalta la axiología artística de Peña, informando sobre su trayectoria y éxitos tanto en Europa como en Nueva York, donde se vincula a personalidades de vanguardia y de la contracultura durante las décadas de los sesenta y setenta. Al mismo tiempo, con la mayor crudeza y humor, describe al personaje “Príncipe Negro”, recreación de Peña hecha por él mismo como “abominable personaje que se posesionaría de él, y que le impondría los rótulos de excéntrico, petulante, snob, veleidoso, vividor, advenedizo y bluff, incluso después del ceremonial de su entierro, efectuado en 1975”.
Al hablar de Peña, además, el autor toca asuntos que atañen al arte universal; entre ellos, la posibilidad de la imagen estética como anticipación de hechos reales; y los problemas que afectan a los artistas latinoamericanos en general (tanto la dificultad de recepción de sus lenguajes en su país natal como la necesidad de buscar reconocimiento en el exterior).