La estrategia de la que se vale el crítico de arte colombiano José Hernán Aguilar (nac. 1952) para hacer un recorrido por los dos salones es algo particular. En un texto breve, Aguilar expone lo característico de los eventos y puntualiza cinco asuntos que él denomina “virtudes metodológicas y arbitrarias (seriedad, añoranza, pluviosidad, oscuridad y novedad)”; las cuales se detectan en las dos muestras revisadas y responden, específicamente, a los proyectos que va referenciando en las extensas notas que contiene el documento. Lo particular de estas referencias es que allí es donde tiene lugar una revisión crítica de las obras enunciadas.En su texto, Aguilar no pone en evidencia lo incipiente del Salón Atenas —apenas en su sexta versión— en contraste con la trayectoria del Salón Nacional de Artes Visuales. Es relevante citar que la década de los setenta no representó una buena etapa para este último; lo que supone un desgaste no sólo por parte de los organizadores sino por la actitud que asumieron los artistas frente a la participación en la convocatoria. Es importante subrayar que el Salón Nacional se suspende y sólo vuelve a realizarse hasta 1985. (Véase de Eduardo Márceles Daconte, “XXIX Salón Nacional de Artes Visuales: De todo como en botica”, El Espectador, Bogotá, octubre 13, 1985).La década de los ochenta en Colombia presentó propuestas que apuntaron hacia la experimentación, con un interés por engendrar nuevos lenguajes plásticos, siendo que muchas de estas ideas creativas se consolidaron en el período de transición a los noventa. El mismo Aguilar evidencia en su texto las características de las obras, planteándolas como manifestaciones independientes que estaban dirigidas a generar cambios, tanto en las maneras de hacer como en las formas de ver el arte. Esto, sin perder de vista el contexto internacional y las expresiones que allí tenían lugar durante la misma época. El Salón Nacional de Artes Visuales premió en su versión XXVIII (Museo Nacional de Colombia, 1981) las obras de las artistas Beatriz Jaramillo (nac. 1955) y María Consuelo García (nac. 1953); la primera con la propuesta audiovisual Zócalo y la segunda con la instalación con títeres Juego No. 1. Por su parte, el VI Salón Atenas (Museo de Arte Moderno de Bogotá, 1981) otorgó el primer lugar a Sara Modiano (nac. 1951) con Proyecto 1, una instalación realizada “con elementos arquitectónicos populares”.Aguilar es historiador, teórico y crítico de arte. Se destacó en los años ochenta por su aguda labor en publicaciones como el diario El Tiempo y la revista Arte en Colombia. Además se ha desempeñado como docente en las facultades de Arte y de Cine de la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá).