En este texto, la crítica internacional de arte Mari Carmen Ramírez señala el interés del artista colombiano Óscar Muñoz por el dibujo y la exploración de sus límites a todo lo largo de su carrera. Señala la relatividad del carácter realista de su obra —en tanto copia o representación de la realidad— para afirmar, en cambio, su interés por “los elementos conceptuales, visuales y psicológicos que se asocian con lo real”. El análisis se centra en ejemplos tanto de la serie Dibujos morbosos como de la obra Narcisos. Con respecto a la primera, Ramírez resalta el uso de luz y sombras como base de la exploración de conceptos en torno a la realidad y la ilusión. Respecto a la serie, es tan significativa como los propios  temas de violencia y marginación implícitos en ella. En relación con la segunda, presenta Narcisos como “la culminación de las investigaciones de Muñoz sobre los límites conceptuales y técnicos del dibujo y su capacidad de representar lo real”. Describe el proceso implícito en la obra, relacionándolo con el ciclo vital, donde tanto el ser humano como un medio de representación privilegiado (el dibujo al carbón) se desmaterializan y mueren. La autora enfatiza la noción de dibujo “como proceso” a partir de Narcisos, cuestionando así las nociones del papel como soporte o bien del artista como autor; por otra parte, resalta que la distinción entre dibujo y fotografía se diluye en estas obras de Muñoz de tal modo que la imagen, como proceso, se auto-recrea.

La reseña de Mari Carmen Ramírez es parte del catálogo publicado en ocasión de la muestra Re-Aligning Vision: Alternative Currents in South American Drawing [Re-alineando la mirada: Corrientes alternativas del dibujo en Sudamérica] realizada en Austin, Texas, en 1997, la cual viajó a Nueva York, posteriormente. Esta es una de las primeras ocasiones en las que se genera una relación entre la propuesta artística del colombiano Óscar Muñoz (nac. 1951) y otras del continente. Pone de relieve la continuidad entre la obra inicial de Muñoz y aquella realizada a mediados de la década de los noventa en términos de su permanente cuestionamiento sobre el arte (el dibujo) como medio de representación.

Es significativo el hecho de que la autora revisa las obras como formas alternas de concebir el dibujo, amén de explorar sus límites en su potencial representación de la realidad. Dicha apreciación evidencia que la obra de Muñoz implica cambios profundos frente a diferentes nociones; entre ellas, la del dibujo como proceso; el artista como protagonista secundario en relación con este; el nuevo rol que juegan tanto el soporte como los medios tradicionales (papel y carboncillo), incluso la fotografía como imagen fija y permanente. En este sentido, Ramírez continúa y complementa la discusión que inició, años antes, Mónica Amor en “Óscar Muñoz en la Galería LedisFlam, Nueva York.” Art Nexusno. 14 (octubre-diciembre de 1994). [Véase doc. no. 854946].