El crítico de arte Eduardo Serrano Rueda (nac. 1939) a su regreso al país, tras estudiar Antropología e Historia del Arte en New York University, dirigió la Galería Belarca hasta 1974 y se desempeñó como curador del Museo de Arte Moderno de Bogotá (1974-94). Tras su retorno a Colombia y durante los años setenta publicó un número considerable de artículos en catálogos y periódicos de circulación nacional, dedicándose a mantener activa la programación de exposiciones —especialmente de artistas jóvenes— en la Galería Belarca y el Museo de Arte Moderno. El libro de su autoría, Un Lustro Visual: Ensayos sobre arte contemporáneo colombiano (1976), así lo demuestra. Es indiscutible el importante papel que cumplió Serrano en ambos espacios; rol que se tradujo en exposiciones de dibujo, grabado, artistas regionales y jóvenes promesas. En el presente artículo, escrito siendo curador del Museo de Arte Moderno de Bogotá, Serrano intenta examinar los acontecimientos artísticos más relevantes en los cuales él es juez y partícipe. En el artículo, le otorga mayor crédito a las instituciones con las cuales él opera y emplea generalizaciones tales como: “La escena de las artes visuales era, en conclusión, bastante restringida y provinciana a finales de la década pasada”. Tampoco menciona, por ejemplo, el aporte de la exposición Espacios Ambientales (1968) de Marta Traba ni su repercusión como crítica de arte, ya sea afirmando que el aporte de la crítica en los sesenta es mínimo o bien, en los setenta , la crítica se ejerce de manera “más investigativa y serena y menos dispersa”. Vale recordar que un gran número de los textos críticos en la prensa local y catálogos son de su autoría. La importancia de este texto radica en que, entre las revisiones del panorama artístico de la década de los setenta en Colombia, el texto de Serrano es el más extenso y el de mayor riqueza en datos. Incluye anécdotas como la del fraude de Daniel Olcic a un importante galerista de la época.