Esta entrevista —a Santiago Martínez Delgado (1906–54), Ignacio Gómez Jaramillo (1910–70) y Luis Benito Ramos (1899–55)— es un documento temprano del teórico crítico colombiano Fernando Guillén Martínez (1925–75) quien publicó varios artículos sobre arte en revistas y periódicos colombianos como Sábado, Índice Cultural y Revista de las Indias, durante las décadas de los cuarenta y cincuenta. Guillén —más conocido como profesor e investigador universitario en temas de sociología del poder político en Colombia— abordó el campo del arte contemporáneo y contribuyó a difundir la obra de artistas colombianos y muralistas mexicanos como José Clemente Orozco (1883–1949) y Diego Rivera (1886–1957). En esta entrevista Guillén se sitúa desde la perspectiva de un hombre contemporáneo sacudido por las dos guerras mundiales que es llamado a reflexionar sobre el ahora y a profundizar en el “ego interior” nacional. Para tal efecto, seleccionó tres artistas formados durante el período de entreguerras en Europa, Estados Unidos y México, quienes a su llegada al país se desempeñaron como profesores y se vincularon activamente a las publicaciones periódicas como articulistas, ilustradores y fotógrafos —tal es el caso de Luis B. Ramos (1899–1955)— quienes, además, participaron activamente en exposiciones privadas y en los salones nacionales de artistas. Lejos de obedecer a una estructura rígida de pregunta y respuesta, la entrevista revela la interpretación que cada cual hace del paisaje y la figura humana, ofreciendo valiosos elementos de la manera como cada uno valora su propia obra. El establecer matices que los diferencian claramente, y que van desde observaciones estéticas hasta reflexiones filosóficas, es para los tres lo central en la obra de arte. A su vez, al referirse al tema de la pintura mural al fresco, dejan en claro aspectos tan relevantes para la historia del arte como la introducción de la técnica al país por Ramos y la inconformidad de Gómez Jaramillo (1910–70) porque sus frescos del Capitolio Nacional no pudieron ser monumentales. La idea de “arte gigantesco” parece traducir, en el contexto colombiano, la concepción de “arte monumental” que muralistas mexicanos como David Alfaro Siqueiros (1896–1974) le asignaron a su propuesta de arte para las masas.