Fotógrafo, historiador y crítico de arte, Alfredo Boulton (1908−95) envía esta correspondencia a su amigo, el pintor venezolano Alejandro Otero (1921−90). De acuerdo al editor de dicho intercambio misivo, Ariel Jiménez, la carta posterior de Otero (París, 23 de mayo de 1950) que motiva esta larga posdata del crítico se extravió. Justamente, el interés radica en la postdata reproducida por cuanto revela la preocupación sincera de Boulton, quien, por su amplitud de criterio hacia la aceptación de nuevas tendencias, había venido trabajando a favor del arte abstracto, temiendo, repentinamente, que el reconocimiento a sus “pupilos” se complique. Se infiere que la reacción de Boulton es motivada por los efectos escandalosos que han producido en Caracas la circulación del primer número de la revista Los Disidentes (París, 1950). A diferencia de los jóvenes artistas, el crítico asume con mayor madurez y tolerancia los valores de la tradición venezolana, donde predominan el paisajismo y el realismo social y, a pesar de que incluye las vanguardias, considera que hay lugar para todos, hasta para el arte pompier. Operando como crítico, Boulton se siente más obligado a reconocer el talento donde este exista, sin mirar el lenguaje usado por el artista, ni tampoco presuponer en todos la misma sinceridad o autenticidad a la que invocan estos disidentes.
En esta carta se destaca un aspecto importante de Boulton, ya sea como intelectual humanista o bien como latinoamericano; a pesar de su formación europea, y siendo apasionado conocedor del arte universal, Boulton le otorga inmenso valor a la historia y al arte de Venezuela, centrando sus esfuerzos y recursos de investigador a su estudio e, incluso, a la promoción de los más talentosos artistas de su país, sin diferenciar lenguajes aplicados o posturas de vanguardia.
Esta carta pertenece a la selección realizada por Ariel Jiménez para la Fundación Museo de Alejandro Otero, He vivido por los ojos: correspondencia Alejandro Otero-Alfredo Boulton, 1946-1974 (Caracas: Fundación Alberto Vollmer/Museo Alejandro Otero, 2001), bajo el auspicio de la Alberto Vollmer Foundation.