Shifra Goldman y Tomás Ybarra-Frausto presentan en este documento el resumen de un amplio modelo para el estudio de la historia social del arte chicano, comenzando con una evaluación de las teorías culturales de Ernesto Galarza y de los antropólogos Américo Paredes y José E. Limón. Los autores generan detalladas definiciones históricas y sociales de los términos “chicano” e “historia del arte”, comentando la relación de cada uno de los términos con la identidad cultural chicana. Ambos sostienen que, para conseguir una definición de lo que es el arte chicano, ha sido necesario redefinir la historia del arte y la crítica contemporánea, tarea que han emprendido los artistas en debates y manifiestos, al igual que determinados escritores y un pequeño número de historiadores del arte y críticos interesados en la cuestión. Goldman e Ybarra-Frausto presentan, como siendo parte de su resumen teórico, una cronología que traza el desarrollo de la cultura y el arte chicano, remontándose hasta la conquista española y los primeros años de la independencia de México, con el fin de establecer un marco teórico para la época moderna, objetivo del estudio emprendido. Los autores dedican significativa atención a los acontecimientos y las condiciones caracterizadoras del periodo entre 1910 y 1965, época que denominan periodo mexicoamericano, seguido de larga discusión sobre los movimientos artísticos y políticos chicanos contemporáneos, con sus ideologías, preocupaciones, ambiciones y logros. Entre los temas tratados destacan la relación de los chicanos con el más amplio Movimiento por los Derechos Civiles ocurrido en los Estados Unidos en la década de sesenta, la Revolución Cubana, movimientos de los trabajadores agrícolas y aquellos opuestos a la Guerra de Vietnam, el neo-indigenismo, el feminismo de las chicanas, la presencia de los chicanos en Hollywood así como la actividad de los chicanos en la arquitectura.