Edmundo O’Gorman (1906-95) fue un escritor, filósofo e historiador mexicano. Hermano del arquitecto y artista Juan O’Gorman (1095-82), Edmundo dio clases en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y trabajó en el Archivo Nacional de México durante las décadas de cuarenta a setenta. Estos textos, Parte 1: Historia y crítica de la idea del descubrimiento de América, y Parte 4: Estructura histórica del nuevo mundo y el sentido de su devenir, aparecieron por primera vez en inglés en su libro The Invention of America en 1961 —editado por University of Indiana en Bloomington. (Habían sido publicados en español en 1958 bajo el título de La invención de América: El universalismo de Occidente por el FCE). En ambos textos, O’Gorman sostiene que América es una invención que ha sido construida por los historiadores. En la “Parte 1”, durante el proceso de analizar la historiografía de América, O’Gorman afirma que la cuestión más importante para comprender la manera en que se ha concebido la historia de América es la forma en que “(…) América apareció como tal en el escenario histórico”. Su análisis es una muestra no solo de su concepción de la historia como una serie de textos y debates, sino que además se ve influida por cuestiones filosóficas, tales como la Providencia Divina y el progreso científico, las cuales motivaron a los cronistas e historiadores a modelar un relato que, a pesar de los abrumadores hechos en su contra, designaron a Colón como el “descubridor” de América. O’Gorman expone la forma en que el relato de Colón sobrevivió a pesar de las cambiantes ideas sobre la historia en sí misma; como el relativo a la creencia de Alexander Von Humbolt (1769-1859) en el destino histórico y, posteriormente, el rechazo positivista de principios del siglo XX de esta idea sobre la historia por tratarse de una profecía a cumplirse por su propia naturaleza. El texto de O’Gorman resalta, tanto en estilo como en contenido, su vocación como filósofo. Finalmente, su análisis refuta la ontología de América, y defiende que América, al igual que a los demás “seres”, según lo tilda, se le ha asignado un significado a lo largo de los sucesivos momentos de la historia. Espiritual e históricamente, tal y como dice en la “Parte 4”, su significado se ha visto influido por la forma en que ha sido incorporado a la visión del mundo europeo desde el siglo XVI.