En este texto, Eduardo Abela responde a la pregunta que los editores de revista de avance plantearon a sus lectores: “¿Qué debe ser el arte americano?”. En él aborda de forma específica los cuatro apartados de la pregunta general. En respuesta a la primera: “¿Cree usted que el artista americano debiera inspirarse en América?”, el autor defiende su convicción de que el entorno físico y su espíritu constituyen la inspiración fundamental para el arte del siglo XX. En respuesta a la segunda: “¿Cree usted que la idea de americanidad es una cuestión de óptica, de contenido o de medio?”, recalca la importancia del contenido, explicando que la pintura más americana expresará la vida popular americana como, por ejemplo, en las canciones de amor o de pérdida. A la tercera pregunta: “¿Cree usted en la posibilidad de la existencia de características comunes compartidas por el arte de todas las naciones de nuestras Américas?”, responde que, aunque los artistas pueden emplear modos de expresión semejantes, las singulares culturas de México, Perú y Cuba son demasiado distintas para producir un arte común. A la última pregunta: “¿Cuál debería ser la actitud del artista americano hacia Europa?”, Abela responde que la relación del artista americano con Europa debería ser la misma que con cualquier periodo de la historia o arte histórico, esto es, que uno se puede beneficiar de ellos, enriquecerse pero, finalmente, debe forjar su propia manera de responder a la vida.