El detalle con el que este texto narra el método empleado por Vera de Córdova, director de la Escuela al Aire Libre de Xochimilco lo hace un documento importante. Es interesante que, en el escrito, se resaltan los valores de belleza y armonía, además de la inspiración en la naturaleza. Elementos de la educación académica tradicional, cuando la historiografía de las Escuelas recalca más bien su importancia para la búsqueda y el fomento de valores estéticos antiacadémicos.
La Monografía de las Escuelas de Pintura al Aire Libre representa una etapa específica de las Escuelas de Pintura al Aire Libre, abiertas originalmente en 1913-14 en el barrio de Santa Anita como una alternativa de enseñanza extramuros dentro del programa de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Posteriormente, a principios de los años veinte, esos centros fueron revividos, y permitieron el fomento de una iconografía que resaltaba tanto temas rurales como la revaloración de la arquitectura virreinal. A mediados de esa década, cuando se publica este libro, varios de los jóvenes artistas entrenados en las Escuelas se ocuparon de la dirección de sus diversos planteles, enfocándose mayormente en ellas a la enseñanza de niños y jóvenes. Buscábase promover una valoración estética de su entorno, dando énfasis a la expresión más que a valores formales académicos, generando obra con gran diversidad de estilos, aunque, en general, con un matiz más naïf y burdo, el cual, a la vez, tendrá importancia para las características formales de los artistas entrenados en la academia.