Este texto, escrito por el poeta, ensayista y funcionario oficial, Salvador Novo (1904-74), presenta un breve recuento histórico del desarrollo de las Escuelas de Pintura al Aire Libre, aunque se concentra en su situación existente durante los años de producción del libro. Resalta la completa libertad con respecto a modelos (tanto nacionales como internacionales) que goza el alumnado de las Escuelas. Además, Novo celebra el resultado como una digna continuación de una tradición autóctona. Alude a la diversidad tanto de la producción como del alumnado de las Escuelas; pero, a la vez, subyace en su texto un discurso indigenista que no coincide plenamente con sus comentarios sobre la heterogeneidad del alumnado y su diversidad tanto expresiva como estilística. La Monografía de las Escuelas de Pintura al Aire Libre representa una etapa específica de las Escuelas de Pintura al Aire Libre, abiertas originalmente en 1913-14 en el barrio de Santa Anita (Ciudad de México) como una alternativa de enseñanza extramuros dentro del programa de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Posteriormente, a principios de los años veinte, esos centros fueron revividos, y permitieron el fomento de una iconografía que resaltaba tanto temas rurales como la revaloración de la arquitectura virreinal. A mediados de esa década, cuando se publica este libro, varios de los jóvenes artistas entrenados en las Escuelas se ocuparon de la dirección de sus diversos planteles, enfocándose mayormente en ellas la enseñanza de niños y de jóvenes. Se buscaba promover una valoración estética de su entorno, con un énfasis en la expresión más que en valores formales académicos, generando obra con gran diversidad de estilos, aunque, en general, con un matiz más naïf y burdo, que, a la vez, tendrá importancia para las características formales de los artistas entrenados en la academia.