Sin definición de su plataforma o de sus principios básicos, Golpe salió a la luz pública sólo con su editorial en curso. En él, de manera directa, asume la cuestión de la educación socialista promovida por el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-40), y la necesidad de hacerla extensiva al sistema de enseñanza en su conjunto. Asimismo, en esa primera entrega de Golpe, Martín Paz establece la literatura proletaria como portadora de un “estilo revolucionario” que denuncia la degeneración burguesa, al mismo tiempo que exalta las bondades de crearse un arquetipo “proletario”, no sin antes analizar el ciclo desarrollado por el futurismo como movimiento previo. Al momento de publicarse el primer número de Golpe, órgano de difusión de la Federación de Escritores y Artistas Proletarios (FEAP), es claro que esta entidad disponía de amplia estructura organizativa y de cuadros experimentados; en sus páginas, se daba espacio tanto a las publicaciones como a las exposiciones de sus miembros. Una afiliación masiva de organizaciones artístico-culturales a favor de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), se produjo a mediados de 1935. La Federación de Escritores y Artistas Proletarios (FEAP), fue una de ellas y quizá la de mayor fuerza, ya que disponía del auspicio de una instancia oficial tal como el Departamento de Bellas Artes, en una etapa en que el gobierno había asumido (como parte integral de su política) una modalidad educativa a la que calificó de “socialista”. Cuño que atrajo la simpatía de un nutrido número de intelectuales y artistas.