El pedagogo, historiador y ensayista venezolano Augusto Mijares (1897–1979) rescata una idea de Bolívar —expresada en su carta de Jamaica de 1815 [véase doc. no. 1052872]—, cuando definió nuestro mundo “en cierto modo viejo en los usos de la sociedad civil”; es decir, defensor del estado de derecho. El ensayista defiende su crítica frente a una visión pesimista del hombre (que remontaría al filósofo inglés Thomas Hobbes) ya que la figura del “Gendarme necesario” (tesis sostenida por Laureano Vallenilla Lanz) sería más un accidente que un aspecto constitutivo de nuestros pueblos. El hecho de que muchos de nuestros países hayan progresado hasta organizarse en repúblicas (superando así el caudillismo), hace confiar en que la tradición de la sociedad civil termine por imponerse de modo semejante a los países europeos, donde la estabilidad, la tolerancia, la alternabilidad y la libertad permitieron que sus sociedades se desarrollaran. Dicho humanismo liberal de Mijares lo emparienta con autores tales como Arturo Uslar Pietri y Mariano Picón Salas, quienes también abogarán por que los valores coloniales y la modernización liberal sea lo vigente.
El texto interesa por la nueva generación de artistas e intelectuales que, a raíz del fin de la dictadura de Juan Vicente Gómez en 1935, impulsarán el desarrollo de la reforma de la Academia de Bellas Artes, la fundación del Museo de Bellas Artes, el mercado artístico, las asociaciones políticas y, en general, las libertades burguesas y democráticas.