El FNAP se organiza en defensa del patrimonio mural ante la destrucción supuestamente sufrida por la obra La vida de Jorge González Camarena (1908-80), el 28 de julio de 1957. En realidad, si bien ese día se produjo uno de los sismos de mayor envergadura en la Ciudad de México, el mural no sufrió daños importantes. Sin embargo, y de acuerdo al relato de algunos testigos, se aprovechó la ocasión, al día siguiente, para destruir la pintura; misma que causaba más de una polémica desde su ejecución dieciséis años antes debido a sus enormes desnudos. Artistas, críticos y el propio arquitecto Carlos Obregón Santacilia (1896-1961), autor del Edificio Guardiola que albergó los dos paneles de Camarena, se manifestaron ante el atropello. A su vez, David Alfaro Siqueiros (1896-1974) hace un llamado a las futuras autoridades federales y estatales ante la falta de interés o indiferencia de las actuales. Esto sucede un año antes del fin del sexenio (1952-58); vale decir, de sus recambios. De paso, Siqueiros demanda dar continuidad a otros proyectos muralistas. Paradójicamente, el sucesor del Presidente Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos (1958-64), en lugar de otorgar el apoyo requerido por el artista, será quien lo encarcele durante cuatro años en Lecumberri, aplicando las ambigüedades del llamado “delito de disolución social”.